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Contra la amnistía

Alfredo Maria Bonanno (1984)

Jueves 23 de diciembre de 2010

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[sommaire]

Palabras iniciales

Alfredo Maria Bonanno posiblemente sea a día de hoy uno de los teóricos y prácticos del movimiento anarquista más influyentes. De hecho, con el paso del tiempo, una vez acontezca su muerte (nació en el año 1937 y ya tiene cierta edad...), será reconocido como una de las individualidades con más influencia del siglo XX e inicios del siglo XXI para la práctica libertaria, a la altura de Noam Chomsky o Murray Bookchin, pero representando, en su caso, el anarquismo más combatiente y partidario de la lucha insurreccional.

Actualmente, aún en vida, el conocimiento sobre él no llega a la altura de otras personalidades antes mencioandas e, incluso, entre cierto marxismo postsituacionista y sin partido de finales del siglo XX e inicios del XXI representa una especie de demonio poco original, que copió su teoría de los franceses de la Enciclopedia de las Nocividades e, incluso, por parte de ex-jóvenes libertarixs de la década de los ‘90 [1], quienes lo idolatraban hasta el ridículo, represente hoy en día el símbolo del infantilismo anarquista, coincidiendo en este aspecto con las viejas y caducas teorías marxistas que consideraban el anarquismo como una enfermedad infantil del izquierdismo.

Bonanno ha sido y es un personaje controvertido, de lectura no siempre fácil y, sin duda, con apreciaciones y valoraciones no siempre al gusto de las mayorías. Sin embargo, si algo no se le puede reprochar es la lucidez y contundencia de muchos de sus planteamientos, a veces, eso sí, contradictorios con el paso de los años, aspecto que sin duda viene dado por la propia evolución personal y del contexto histórico. No son iguales, por ejemplo, las aportaciones de Bonanno de los años ‘70 o inicios de los ‘80 del siglo XX, que las del Bonanno de mediados de los ‘80 o en la década de los ‘90 quien, conjuntamente a otrxs anarquistas, elaboraron las bases de los que se conocerá como “anarquismo insurreccionalista†.

En conjunto, sin embargo, la evolución de su pensamiento es coherente y lógica. Desde siempre mostrará su desconfianza y rechazo frente al sindicalismo, algo típico de las ideas surgidas alrededor de mayo de 1968 y pilar bastante compartido entre la renovación marxista y libertaria de dichos años. Sin embargo, de apostar por un modelo claramente partidario de la toma de las fábricas derivará a lo largo de su vida por otros planteamientos más pesimistas, afirmando que difícilmente esa autogestión obrera será posible si tenemos en cuenta la, entonces, nueva realidad postindustrial, al menos bajo los esquemas teóricos clásicos derivados del marxismo o anarquismo.

En Cataluña, el resto de España y, seguramente, en algunas regiones de la América Latina, Bonanno ha sido asimilado de manera caótica y parcial. De su extensa obra únicamente se ha traducido una parte y, de estas traducciones, la contextualización ha sido bastante deficiente. Así nos encontramos como textos de los ‘70 se han asimilado al mismo tiempo que obras posteriores, haciendo pensar que todo era parte de lo mismo. Esto ha producido ciertas interpretaciones anti-organizativa, con dosis de elitismo vanguardista y culto fetichista de la violencia política. Sin embargo, estas carencias en la asimilación de su obra en los últimos tiempos se han podido corregir, tanto por el aumento de traducciones como por las propias evoluciones personales, viendo entonces en Bonanno un pensador y práctico complejo y variable, el cual, sobre temas como la violencia política demuestra más similitudes con el pensamiento de anarco-comunistas clásicos como Errico Malatesta que de apologistas como Nechaev. En su obra siempre se reconoce la necesidad de la violencia política como aspecto indispensable para realizar una Revolución Social, sin embargo siempre mostrará un compromiso ético sobre la misma, realizando críticas, por ejemplo, a posibles secuestros por considerarlos despereciables.

Otro aspecto malinterpretado de Bonanno en un principio es el referente al vanguardismo de los grupos anarquistas y el aislamiento de los mismos frente al resto de las luchas sociales. Bonanno nunca se mostró partidario de estos elitismos, y pese a que él mismo ha sido detenido en varias ocasiones por estar implicado en robos o en supuestas tramas de grupos insurreccionales, siempre se ha mostrado partidario de la participación de lxs anarquistas en lo que él denomina luchas intermedias, es decir, aquellas que surgen desde las bases sociales y buscan, en un principio, una meta méramente reformista. Evidentemente aquí coincidirá con el anarquismo más clásico y, si me apuran, con el mismo anarcosindicalismo, en el sentido de aceptar estas luchas intermedias o, si se prefiere, reformistas como un medio para alcanzar una situación más ambiciosa y revolucionaria. En otras palabras, acepta estas luchas como mecanismo en el cual lxs anarquistas pueden mostrar sus planteamientos para intentar radicalizarlas hasta transformarlas en conflictos insurreccionales de cariz revolucionario. Nada nuevo bajo el sol, puesto que en el fondo este planteamiento de Bonanno y otrxs “insurreccionalistas†es algo axiomático del mismo anarquismo desde sus orígenes. Aspecto que, sin embargo, a día de hoy puede parecer novedoso ya que en los tiempos que corren, en un ámbito más general, la reforma, por si misma, parece la finalidad de casi todas las luchas sociales que surgen, cuenten o no con la participación de individualidades declaradas anarquistas.

No estoy de acuerdo con todos los planteamientos de Bonanno, sin embargo siempre me ha parecido una persona que incitaba a la lucha y que tenía y tiene unas intenciones compartidas por una parte importante de lxs libertarixs. Sus críticas al cuantitativismo de las luchas y organizaciones, las cuales parecen querer crecer a toda costa sin importarles otros aspectos no cuantificables, me parecen, a día de hoy, plenamente vigentes. Una Revolución Social no será posible con cuatro gatos, esto es evidente, pero tampoco podrá ser posible bajo el abrigo de cientos de miles de personas, por ejemplo, partidarias del colaboracionismo con el Estado y el Capital. Cuando Bonanno critica el cuantitativismo, cual coro de la patata, y en su defecto plantea un crecimiento cualitativo, está afirmando, bajo mi punto de vista, la necesidad de crecer sin traicionar a los principios anarquistas (autonomía, libertad individual, solidaridad, etc.), puesto que una revolución autogetionaria o libertaria, sin estos principios, nunca será posible. Cuando Bonanno en su obra critica las organizaciones formales por transformarse en meras estructuras jerárquicas y conservadoras, no afirma otra cosa que la constatación del peligro de liderazgos y jerarquías existente a lo largo de la Historia de las organizaciones formales, sean o no libertarias. Un peligro que tiene demasiados ejemplos históricos, desde los excesos de Stalin al colaboracionismo cenetista en los ministerios y estructuras estatales durante la Guerra Civil Española de 1936 a 1939... Quizá, en este sentido, se le podría reprochar la ausencia de crítica evidente hacia la tendencia a la atomización de los grupos de afinidad cuando no tienen una estructura libertaria “puente†con el resto de personas con inquietudes sociales y aunque en este sentido apuesta por el no aislamiento de dichos grupos, quizá confíe demasiado en la aparición de ejemplos de auto-organización al margen de partidos y sindicatos y, cuando estos se producen (por ejemplo en el reciente movimiento español del 15-M), tampoco profundiza en los peligros evidentes del apoliticismo o mera pataleta reivindicativa de los mismos.

La obra de Bonanno, aún en gran medida desconocida por estos lares, es sin duda un ejemplo de una de las aportaciones más importantes no sólo del anarquismo, también de todo el espectro del pensamiento crítico occidental en el tránsito histórico de una sociedad que daba sus últimos coletazos bajo los esquemas discursivos de la clásica Lucha de Clases hacia planteamientos postmodernos cómodos bajo las categorías liberales y capitalistas de Ciudadanía, Democracia y Diálogo Social.

Los dos textos recogidos en este libro, “Contra la amnistía†y “Encerradxs Bajo Llave†[2], son ejemplos paradigmáticos de lo anteriormente afirmado, puesto que nos muestran a un Bonanno crítico con las individualidades que en ese tránsito hacía la miseria social actual se arrodillaron frente a las nuevas circunstancias [3]. Sin duda las referencias despectivas hacía quienes apostaron en el contexto italiano, con miles de presos políticos en los ‘80, por la paz social y la búsqueda de nuevas “formas de lucha†son fruto de un irreductible, de alguien que es plenamente consciente de los cambios históricos que se estaban produciendo pero que, sin duda, tampoco estaba dispuesto a renunciar a sus ideales, puesto que los consideraba, tanto en el antiguo como en el nuevo contexto, igualmente válidos. A Bonanno se le podrá criticar de manera abierta e incluso fanática, tal y como algunos intelectuales en charlas y corrillos de bar han podido realizar en España [4], pero no se le podrá negar su compromiso y su afán irreductible. Como tampoco se le podrá negar su espíritu autocrítico hacia él mismo como para el resto del movimiento. En este sentido, en los dos textos, pero especialmente en el segundo, nos muestra ciertas críticas hacia lo que se conoce por estos lares como “presismo†, que no es otra cosa que alzar como centro y motor de la lucha libertaria la figura del/la presx anarquista. Que alguien como Bonanno, encarcelado en varias ocasiones y reconocedor de la impiedad del sistema carcelario, con claros planteamientos favorables a su destrucción y siempre respetuoso con el papel de lxs presxs, afirme de manera clara y contundente que nunca lxs presxs pueden ser el motor de la lucha, creo, a mi entender, que es un factor a tener en cuenta y, en cierta manera, también es un síntoma de crítica al propio devenir del movimiento libertario, puesto que replegándose en su práctica y teoría únicamente en el apoyo de lxs compañerxs presxs, no está haciendo otra cosa que aislarse del resto de la sociedad y dejando pasar las oportunidades de tensionar esta dura, fría y triste realidad postindustrial. Bonanno nunca ha sido un partidario de las luchas “específicas†, siendo, en cierta manera, un ejemplo de anarquista que apostaba por los planteamientos “globales†. Esto, sin embargo, no es fruto de la ignorancia interpretativa ya que es plenamente consciente de las diferentes formas de explotación existentes, más bien es una cuestión estratégica: su globalidad parte de la explotación concreta pero interconectándola con las demás. El Patriarcado, por ejemplo, nunca podrá desaparecer si existe una sociedad estatal, las prisiones, por enumerar otro ámbito, podrán ser abolidas, pero si se mantiene la estructura represivo-jerárquica social, el problema de fondo, la privación de libertad y represión generalizada, no desaparecerá.

Sin más dilaciones, espero que esta lectura sea llama de insurrección.

Un nadie


Contra la amnistía

Prólogo edición en castellano (2011)

Para entender el contexto en el cual el movimiento libertario italiano se desarrolla hay que observar la compleja historia política italiana. Como punto de partida se ha decidido iniciar esta contextualización a partir del Mayo de 1968 italiano, pues éste será el pistoletazo de salida de una nueva concepción política en todos los niveles, que mutará hasta la Italia de Berlusconi, ese país que por no ser el país en el que vivimos somos diariamente bombardeados con los grandes escándalos personales y jurídicos, siendo desde una perspectiva demócrataliberal inaceptables, pero que realmente no son más que el ejemplo del sistema político en el que vivimos.

Así pues de forma breve y simplificada intentaremos dar unas pinceladas a la historia Italiana, una historia de continua lucha entre facciones con diversos intereses, tanto en el seno del Estado y la alta política económica, como en la lucha por acabar con el Estado y su podrida clase dirigente.

El Mayo del 68 italiano había tenida su inicio en la Universidad Católica de Milán tras la subida de un 54% de las tasas en las matrículas. Este movimien to confluyó con el mundo laboral el 11 de septiembre de 1969 con la huelga de obreros del metal, en la cual los sindicatos mayoritarios fueron repudiados, siendo de gran importancia les Comités Unitarios de Base. Ante este fenómeno de agitación y movilización de lo que generalmente se entiende como izquierda, que en muchos casos tiene un carácter reformador, y en otros, revolucionario, encontramos una extrema derecha en auge a nivel europeo. Ejemplos claros fueron la dictadura de Grecia el 1967, el aumento de la extrema derecha Alemana, la vinculación del sector mas radical del MSI con cursos sobre la guerra subversiva o el destape en Italia del conocido como “Plan Solo†el 1966, en el que el jefe de los Carabinieros, el general De Lorenzo, pretendía dar un golpe de estado.

Surgida de esta conjura situamos el fenómeno del Terrorismo por parte de grupos extraparlamentarios. Este fenómeno de gran difusión a nivel mundial tendrá su versión europea. Este hecho será traumático para la sociedad, pues ya no se trata de acciones sucedidas en países lejanos y exóticos, las acciones se sucedían en las calles de occidente y estaban presentes en todas las casas gracias a la televisión. Entre estos grupos podemos destacar un par de organizaciones armadas de carácter comunista, como fueron la Fracción del Ejercito Rojo (RAF) en Alemania o, en el caso de Italia, las Brigadas Rojas. Éstos no serán los únicos grupos armados a nivel europeo, pues encontramos gran diversidad de organizaciones que proponen la violencia como método para desestabilizar el Estado y de esta manera acabar con él tras el fiasco del 68, pues en el caso de los grupos comunistas verán agotada la vía parlamentaria y, en el caso de los grupos libertarios, encontraremos todo una serie de organizaciones insurreccionalistas que harán uso del atentado, pero con un carácter y una finalidad muy distinta al de los grupos armados comunistas. Por el carácter y finalidad de este escrito
no entraremos a explicar este fenómeno, pues seria necesario más de un libro.

La espectacularidad de los atentados de estos grupos, como es el caso de la
campaña de atentados contra bases americanas en la República Federal Alemana en 1972 por parte de la RAF o la matanza de los deportistas israelitas durante los Juegos Olímpicos por parte del grupo palestino Septiembre Negro, provocará que los servicios secretos del Estado promuevan toda una serie de grupos “antiterroristas†, siendo el Estado de Israel el que más medios invertirá en la conocida, por la importancia de los errores en sus objetivos, como Ira de Dios. Estos servicios secretos convergerán en numerosas ocasiones con la extrema derecha.

Esta extrema derecha también hará uso de las acciones Terroristas, es lo que se
conoce como la “Estrategia de Tensión†, que pretendía generar el derrumbe del
orden y la ley para generar una crisis de confianza en el gobierno por parte de
los ciudadanos. De esta manera se crearían las condiciones necesarias sobre las que fuese necesario un golpe de fuerza por parte de una fuerza militar y autoritaria. Es el caso de la masacre de Bolonia el 1980, en la cual murieron 85 personas, en un inició se planteó como un acción llevada a cabo por la izquierda. Otros ejemplos de terrorismo de la derecha fueron el atentado de la Portella della Ginesta, el de la Pizza Fontana, el de Brescia o el del tren Italicus.

Estos años serán los conocidos como “Años de Plomo†, en los cuales la violencia fue generalizada. Como dato, en el año1978 se sucederán 2.395 acciones
terroristas en Italia por parte de grupos de izquierda y de derecha.

Ahora bien, no hay que olvidar el papel Terrorista del Estado, aglutinador de varios actores como fueron la extrema derecha, la mafia, la Cofindustria (empresarios Italianos) y la iglesia. Por citar un ejemplo represivo contra los movimientos insurrecionalistas, encontramos la brutal represión contra la movilización estudiantil del 77 en la que murieron Giorgina Mori y Francesco Lorusso. Esta acción fue orquestada por el funesto futuro Primer Ministro Italiano Cossiga, conocido también por su vinculación con casos de corrupción y vinculación con la mafia, este político morirá como senador vitalicio.

Durante estos años de inestabilidad política y de conflicto permanente -para hacernos una idea el primer ministro no finalizará el mandato hasta el 2000 con Berlusconi-,conocidos como “Años de Plomo†, encontraremos toda una serie de sucesos que darán forma al actual panorama polítco-social italiano. Será gracias al Presidente de la República Italiana entre 1978 y 1985, Pertini, que el Estado italiano tendrá cierta estabilidad, pues durante el mandato de este ex-partisano del Partido Socialista Italiano se sucederán toda una serie de acciones que convulsionarán la sociedad italiana.

Es el caso del asesinato de Aldo Moro, primer ministro por la Democracia Cristiana a manos de las Brigadas Rojas en 1978. Este secuestro y posterior asesinato hay que contextualizarlo en un momento de confluencia entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano. Aldo Moro respondió a la petición de Berlinger (líder del PCI) ante la propuesta conocida como “compromiso histórico†. De esta manera el PCI intentaba salir del aislamiento pues creía que necesitaba una gran base social y no únicamente política para avanzar hacia el socialismo, como fue el caso de la experiencia Chilena del 11 de
septiembre de 1973. Este hecho generó malestar entre los empresarios, pues tenían miedo de políticas redistributivas y que penalizasen las grandes fortunas si la izquierda tomaba el control de la crisis. De hecho será Cossiga, en su cargo de ministro de interior, quien declarará que el gobierno no negociaba con terroristas, condenando de esta manera la muerte a A. Moro.

Pero realmente será el asesinato de una sindicalista en Génova el 1979 a manos de las Brigadas Rojas el punto en el que se marcará una inflexión entre la organización armada y el soporte popular, que llevará a la marginación y disolución de este grupo político. A este hecho hay que sumar el desmoronamiento de la izquierda parlamentaria con la muerte de Berlinguer el 1984. Con este suceso el PCI perderá toda capacidad de maniobra y de incidencia en la política italiana. Así pues encontraremos un fracaso de la izquierda de raíz marxista, tanto en su vertiente parlamentaria, como en la armada. Este hecho dará vía libre a la extrema derecha, que a diferencia de los años 20’s y 30’s del siglo pasado, adoptará el discurso de la ultra derecha liberal y no al revés como ocurrió con los regimenes fascistas.

A este fracaso de la izquierda comunista hay que sumar la relación de la iglesia
y la mafia. Hasta bien entrado el siglo XX habían tenido una relación cordial en
el peor de los casos, pero llegó un momento en el cual la institución eclesiástica
no aceptó el gobierno de la mafia en el sur. Esta declaración de intenciones -no
hay que olvidar la importancia de la iglesia en la sociedad y la política italiana- no quedará indemne. La mafia incidió mediante la violencia en asuntos de estado y un ejemplo relacionado con la iglesia fue el atentado en Sant Lorenzo Luterano.

La mafia será una variable muy importante en la vida política italiana, pues sus tentáculos se extenderán en muchos ámbitos y cada vez su poder será mayor. Por ello las instituciones judiciales intentaron parar este fenómeno que se diluía entre la clase dirigente y los empresarios italianos. Falcone y Borsellino son dos ejemplos de jueces que investigaron la relación entre políticos, empresarios y mafia. Brosellino el 18 de mayo de 1992 habló en una entrevista de la conexión entre el sector industrial del norte y la mafia, vinculando de esta manera al senador Marcello Dell’Utri, el criminal Vittorio Mangono y a Silvio Berlusconi, este último investigado por Falcone. La respuesta no se demoró y Falcone fue asesinado en un espectacular atentado el 22 de mayo de 1992 y de igual fortuna Brosellino un poco más tarde, el 14 de Julio de 1992.

Uno de los principales sospechosos de disfrutar de tales amistades era el Presidente del Consejo de Ministros, Andreotti. Este caerá con el proceso judicial llevado a cabo por el fiscal Di Pietro iniciado el 1992. El caso Tangentópolis o “Manos Limpias†supondrá un gran escándalo pues descubrirá la corrupción generalizada que afectaba a todos los partidos tradicionales. Será en este contexto cuando se hará una nueva ley electoral mayoritaria, primando de esta manera el candidato sobre el partido, durante el gobierno de transición de Azeglio Ciampri el 1993. De esta manera somos testigos de la caída de la Primera República, dando paso a la conocida como la Segunda República Italiana.

Las consecuencias de estos sucesos a nivel político será el auge de la Liga Norte, ascenso que ya había iniciado dos años antes, Alianza Nacional y Forza Italia, partido de Berlusconi, que formará gobierno hasta el 1996. Este partido será presentado como la salvación de Italia, y excepto durante un lapso de gobierno socialista, monopolizará la política italiana hasta nuestros días, siendo el primer candidato a Primer Ministro en poder finalizar su legislatura.

Así pues observamos como confluyen finalmente los empresarios italianos, la mafia y la extrema derecha, todo y que las bases de ésta son, en teoría, totalmente anti-mafia, siendo esta triada la que gestiona y determina la vida sociopolítica y económica de Italia y siendo este el carácter del gobierno al cual se enfrenta el movimiento libertario, que será duramente reprimido y criminalizado en cualquier de su acciones como fue un ejemplo de ello la operación Ros-Marini.

Pau Gómez Aramburu
Con la ayuda de Toni Bosh


AÚN ASà ESTAREMXS LISTXS PARA ASALTAR EL CIELO OTRA VEZ Mà S: CONTRA LA AMNISTà A.

Ya no es posible permanecer por más tiempo con la cabeza enterrada en la arena respecto al problema de las cárceles y el “¿qué es lo que debemos hacer?†en relación a ello.

Iniciativas de apoyo y contrainformación siempre valen la pena, especialmente aquellas que intentan involucrar los diferentes elementos del movimiento anarquista, pero tampoco pueden negar que solamente se dirigen al principio del problema.

Habiendo llegado a este punto me parece que algunos comentarios son imprescindibles; espero que lxs interesadxs en lxs compañerxs anarquistas presxs y aquellxs que están cerca del movimiento libertario, y tal vez incluso lxs compañerxs que están más lejos de éste también, pero que son muy conscientes de las contradicciones y ambigüedades que están continuamente circulando. Repito: este ensayo valida la acción de contrainformación relativa a la represión y toma partido con los objetivos y métodos de realización involucrados, pero se pregunta sobre lo que aún nos queda por hacer. Nuestrxs compañerxs están en prisión y el movimiento en la prisión se divide en “presxs políticxs†y “no políticxs†, entre lxs llamadxs presxs políticxs, hay divisiones tradicionales que amenazan con convertirse no en las diferentes vías de la conciencia, sino en
sangrientos caminos de la sospecha.

En el exterior algunxs compañerxs rechazaron una especie de chantaje moral que venía de las cárceles, y como resultado mostraron su hostilidad abiertamente y sin tapujos.. La ausencia de debate confirma el todo-la inclusión de su intervención (cárcel incluida), en realidad, se está llevando a cabo un proceso de separación en especialidades, que es cada vez más evidente y más fácil de hacer. Por otro lado, otrxs compañerxs que también se coordinan suspiran por el eco que viene de las prisiones sobre el estado de ánimo de lxs presxs, presentándolos como análisis políticos. Como consecuencia de ello, sólo tienen que añadir la confusión y la incomprensión.

Hay que decir sin pelos en la lengua que se puede hacer, lo que se ha convertido en un inútil sueño hay que hacerlo de ahora en adelante, y lo que no quiero hacer porque tiene fama de tener un efecto adverso.

A mí me parece que ha llegado el tiempo para que unas pocas personas levanten la roca, bajo la cual se han formado peligrosos parásitos.

¿POR QUÉ ESTAMOS EN CONTRA DE UNA LUCHA POR LA AMNISTà A?

Hay muchas maneras de salir de la cárcel. Y muchas otras maneras de llegar
allí. La Cárcel es un componente esencial en la lucha revolucionaria, no puede
ser considerada una variable externa. Cuando se inserta en esta lucha, forzando
a miles de compañerxs a la soledad y el silencio, el círculo se puede completar o
romperse. No debemos engañarnos pensando que la gente que tiene las llaves en
su poder vaya a hacer un regalo en nombre de nadie tirando las llaves a la cuneta
después de haber abierto las puertas. Ninguno de ellxs está dispuesto a hacer
eso por nada. No nos van a dar una amnistía. Vamos a tener que pagar por ello.

“Sus maestros†están pidiendo un precio demasiado alto. En el momento en
que nosotrxs constituimos una carga, no somos todavía una amenaza. Somos
incapaces de negociar desde una posición de fuerza, sólo podemos apelar a su
compasión y sentido del orden democrático, lxs que se sienten ofendidos por
un número tan grande de presxs políticos, el hecho de que, en primer lugar, ellxs
mismos deben afirmar que “la guerra ha terminado†[5], para exorcizar la marca del monstruo que quería ser diferente, que soñaba con el mundo totalmente “aquí y ahora†.

Ahora ellxs nos quieren de rodillas. Después de los días de Canossa [6], en el frío y el fango, quieren tener el placer de darnos la libertad.

Sus leyes sólo suprimen la cadena perpetua con el fin de liberar a la gente infame y lxs sospechosxs en el servicio de la traición. Estas mismas leyes que supuestamente van a ratificar la amnistía. Todo el mundo fuera. El juego ha terminado. Continuar la lucha con otros medios. Los que se han utilizado hasta ahora son demasiado ruidosos. Por favor, tenga calma. “Deje de lado†la lucha de clases. Olvídese de la revolución.

¿PERO QUÉ GUERRA HA ACABADO?

Para alguien que imaginó una guerra de frentes, un compromiso de mini-ejércitos y las campañas microscópicas de otoño y primavera, la guerra ha terminado. Pero la representación en el pequeño teatro de la política no se parece a la realidad en absoluto. El gran sacrificio de sangre necesario de la clase proletaria continúa sin interrupción. Lxs masacradorxs oficiales matan sistemáticamente.

Sus verdugos disparar en la calle. Al ponerse la toga, se suman miles de siglos sobre los hombros frágiles de los proletarios responsables de haber interferido en los sagrados derechos de propiedad. El conformista neo-gibelino [7] sonríe con escepticismo a estas consideraciones y nos invita a considerar la bondad del nuevo príncipe, su expansión del bienestar y el final de la realidad de la pobreza. Pero la guerra social continúa, más allá de las intrigas ideológicas de esta nueva raza de recuperadorxs, mañana seguirá siendo posible asaltar el cielo otra vez.

¿DE QUÉ DERROTA ESTà N HABLANDO?

Desde su forma de imaginar la lucha. Obtusa y repetitiva, mecánica, determinista e incapaz de una perspectiva crítica. Su manera de imaginar no era un sueño, pero sí un cálculo en su lugar. La contabilidad les salió mal. La historia nunca se repite de la misma manera. Los modelos del pasado lejano o reciente no pueden superponerse al placer de unx. Pero la ausencia de imaginación necesita modelos, jura por ellos y sólo vive a través de ellos. El compromiso frontal ha sido derrotado. El compromiso que tiene la intención de jugar con la fuerza de los dos ejércitos en guerra. Pero su guerra no era la guerra social. Dos raquetas que disparan la una contra la otra no son necesariamente un recorte representativo de toda la sociedad, sino que sólo reúnen una parte de ella, a menudo la parte más marginal y con agravantes. Con muchxs de ellxs, que eran de buena fe, y esta fue la razón por la que esperábamos el milagro del rosario. Al final, la gallina ciega también termina picoteando su pequeña semilla. Pero la ceguera era demasiado amplia. Pereza o pachorra ideológica, cubierta toda con una espesa niebla. Insolencia y mezquindad mental iban de la mano con el pretexto ridículo de representar a
la totalidad.

¿HACIA QUÉ VICTORIA SE DIRIGà AN?

Hacia la conquista del poder. La dictadura del proletariado. La constitución del Estado proletario. Y otras. Otras no menos peligrosas y fantasmales que se encontraban en su morral.

Les dimos habitación y una crítica credibilidad, porque siempre estuvimos segurxs de la posibilidad de un encuentro accidental en el camino. Incluso lxs compañerxs que han comenzado con una perspectiva alejada de la nuestra deben ser apoyadxs en el combate. Ciertamente, no podemos apoyarlxs ahora que se están preparando para traicionarnos. Una evaluación correcta de lo que ellxs llaman un fracaso debe incluir una crítica de las posiciones que tenían en el punto de partida, de lo que creían que debía ser la guerra de clases, de cómo utilizaron el instrumento de la lucha armada y de la forma en que concibieron su relación con la realidad que buscaban transformar. En lugar de todo esto, prefieren simplemente admitir que han sido derrotadxs, que las cosas se prepararon correctamente, pero que la fortuna no estaba de su lado, que prefería besar al poder en la frente.

Y cuando una voz se levanta para empezar un discurso crítico ellxs hacen sonar la voz de alarma de las excepcionales circunstancias actuales; cuatro mil compañerxs son presxs políticxs y, de repente, este hecho se convierte en el principal. De hecho, la admisión de la derrota es la primera cosa que alguien que quiere negociar una rendición tiene que hacer. Siempre hemos dicho que, incluso en caso de victoria la guerra continuaría para nosotrxs, por eso ya no estamos interesadxs en su derrota, que se exhibe en todas partes. Es el libro de mantenimiento del poder.

Recordemos que cuando Togliatti [8] declaró una amnistía para que los fascistas salieran de prisión, nuestrxs compañerxs comenzaron a entrar inmediatamente después. El poder siempre llega a un acuerdo con el contrapoder que ha fallado en el intento de poner en marcha un proceso de reparto del poder alternativo, pero nunca se puede establecer un diálogo con lxs revolucionarixs. No hay acuerdo posible para ellxs.

SE REFIEREN A LA CRÃ TICA QUE NUNCA FUERON CAPACES DE HACER

Lxs mismxs analistas orgullosxs y altivxs del destino histórico del proletariado son ahora testigos de la ruptura de su crítica. Aquellxs que optaron por la “crítica de las armas†con tanta seguridad, y que no permitieron a la gente discutir sobre el uso correcto de un instrumento estratégico que fue y sigue siendo algo que vale la pena (la lucha armada) estas personas parecen haber sido atormentadas con episodios de llanto. En su pasión por destruir lo que habían construido, aunque sin querer y, en su afán por parecer diferentes de lo que básicamente eran, están rechazando todo, lo positivo y lo negativo. Sentimos que se sientan avergonzadxs por sus vestidos de críticxs, su manera de confiar en lo que el pasado reciente y menos reciente ha producido no tiene sentido, y muestra la inconsistencia real de sus preocupaciones teóricas.

Inteligentes en la elaboración del discurso que podría ser capaz de engañar
a algunxs de lxs compañerxs más estúpidxs, pero no creo que logren convencer
a lxs que se dan cuenta de que el “cambio de postura del mimo†está a punto de
materializarse. à giles en la elaboración de las palabras, que ahora son incluso
humildes y prudentes en sus propuestas de hipótesis: ellxs son lxs mismos que,
no hace mucho tiempo, dispararon a quemarropa contra cualquier persona que
corría el riesgo de presentar una hipótesis diferente a la suya, se consideraba
como una provocación.

El sistema central de esta llamada crítica tiene la intención de demostrar que, después de todo, su actividad no existía, y que si existía, se limitaba a muy poco, y que esta pequeña parte era un exceso, debido a la mala educación, un deseo colectivo de la violencia y las ilusiones derivadas de los viejos tiempos del 68, etc.
Hay un elemento de verdad en todo esto, pero como siempre se tiende a rechazar las cosas positivas, así como el aspecto negativo de éstas. Un rechazo
que “lo incluye todo†no es una crítica, es una excusa de un abogado defensor,
el largo galimatías de alguien que en una situación difícil quiere salir de ella a
cualquier precio.

Es bueno que todo esto se diga claramente, y la gente no debe tratar de ocultar su “deserción†detrás de un complicado “análisis crítico†. Si algunos aspectos de la crítica -como el de la unidimensionalidad del modelo armado, por ejemplo- fueron tomados de nuestras posiciones, otros aspectos no son más que la inversión trágica de alguien que termina acabando por decir lo contrario de lo que dijo antes, y sin justificar las razones de ello de una manera crítica. Cuando estas personas se acusan de haber “simplificado†la complejidad social demasiado no dicen nada en la práctica, sino que niegan, y eso es todo.

No explican -ya que no pueden explicar- lo que el proyecto “multidimensionalâ€
se propone ahora para la acción futura.

Cuando ellxs hablan de la “crisis†de la vulgata [9] Marxista y de la Tercera Internacional, no dicen en qué arsenal teórico se van a basar mañana cuando esta digresión, los años de plomo, haya llegado a su fin y ellxs obtengan “todo en la casa†de una manera u otra. ¿Tal vez la ideología de Popper y Feyerabend? ¿Quizá la crítica de Husserl de la existencia?
Fueron incapaces de formar una buena crítica desde el principio, y sólo están en
condiciones de clamar por la “necesidad†de una crítica hoy, en circunstancias
urgentes y bajo la presión de la parte contraria, pero lo que aparece no es más
que un rechazo total, irracional y abaratado, una manera de vomitarse a sí
mismxs, lo que es bastante siniestro.

LA LUCHA INTERMEDIA DE LXS REVOLUCIONARIXS

En nuestra negación de la viabilidad de una amnistía, no estamos afirmando un
maximalismo vago desconectado de la realidad sino que, por el contrario, estamos tratando de reorientar la lucha actual en proporción a sus posibilidades reales. Se ha afirmado que cada momento que se pasa en la cárcel es un momento perdido de la vida. Y esto es cierto, como se sabe, por desgracia, por alguien que ha sido condenado a cadena perpetua. Pero también hay que decir que no podemos evitar la imposición de la superación de este primer nivel de consideraciones sobre nosotrxs mismxs. De lo contrario, podríamos entender lo que se espera del Estado, ¿cuándo? ¿todxs juntos? ¿Gritamos lo que era en su cara? ¿Tal vez un lugar en el padrón municipal?

Sin embargo en la cara de la represión más fácilmente previsible, cada unx de nosotrxs calculó bien. Nunca fuimos como lxs aventurerxs de la pistola que estaban fascinadxs por la violencia en sí misma, involucrándonos en un proceso que vio la fuerza en los números y en la inevitabilidad de la victoria. Siempre había una base de madurez revolucionaria en nuestra rebelión. Y esto era cierto para cada unx de nosotrxs. Esto no nos lleva a olvidar que tenemos que encontrar los medios para reducir las condenas a lxs compañerxs encarceladxs. Tenemos que llegar a un acuerdo sobre qué caminos son viables y cuáles no lo son porque exigen un precio demasiado alto, uno muy superior al de la prisión en sí.

Todxs lxs verdaderxs revolucionarixs nunca se han opuesto a luchas intermedias en principio. Ellxs saben que estas luchas son indispensables a fin de que poco a poco el proyecto más cercano a las condiciones sociales que causan pueda dar sus frutos. Es imposible proponer un desarrollo directamente revolucionario en una situación de conflicto social que sólo nos permite una visión de determinados aspectos de las contradicciones que lo caracterizan, mientras que otros aspectos, quizás los más importantes, permanecen ocultos. Por eso participamos en las luchas a nivel de calle, en la contra-información, en las luchas de las fábricas, y las de las escuelas y barrios. Estamos tratando de inducir gradualmente el avanzar hacia objetivos que son mucho más amplios que unas simples demandas, la información o la disidencia. Para nosotrxs, las luchas intermedias no son un fin sino un medio que utilizamos (incluso con bastante frecuencia) para lograr una meta diferente: la de instar a la gente a la rebelión.

A pesar de todo esto no vamos a tolerar a la gente que llega a un pacto
con el poder, llegando a acuerdos y vendiendo la libertad de lxs compañerxs
encarcelados descaradamente.

No estamos de acuerdo, ya que una negociación como esta no sería una lucha intermedia pero sí el principio del fin; sería un objetivo por derecho propio: lxs compañerxs comprando su libertad negada con la libertad de otrxs. Todo el mundo (o casi todxs) fuera de la cárcel, pero despojadxs de todo, su espíritu revolucionario, y ante todo, su dignidad y su valor humano.

No es cierto -como algunos han dicho ya- que el acuerdo de hoy sería el preludio de una continuación de las luchas del mañana. Al aceptar el acuerdo de hoy, mañana tal vez en el mejor de los casos podrían tener problemas en el interior del gueto donde el poder nos ha aparcado. El gueto de las personas que
han sufrido el fracaso, la derrota y la rendición. No es cierto –como algunxs
han dicho- que si no negociamos esta rendición de inmediato, mañana la lucha
estará condenada a una repetición manaiática del modelo de la lucha armada
que ya hemos visto. ¿Quién podría tener una cosa tan sangrientamente estúpida
en mente?

Las luchas futuras serán muy diferentes si tenemos en cuenta los errores que hemos cometido y las cosas positivas sobre ellos. En el caso de que nos veamos
obligadxs a apostarlo todo a una rendición incondicional, nuestro pasado ya no
existirá más que en reproducciones al óleo para uso y consumo de la burguesía
de finales del próximo siglo, una emoción barata en sus salones.

LA PERSPECTIVA MISERABLE DE LA COLABORACIÓN

Ellos están apelando a que hagamos uso de la razón y la reflexión. Nos están invitando a no ser lxs niñxs traviesxs que siempre hemos sido y entender la situación. Ellos nos invitan a colaborar. Por un lado (el Poder) está esperando con los brazos abiertos, incluso si el precio inicial de la negociación sigue siendo exorbitante. Por el otro (el del imaginario del ex-contrapoder), los brazos no están
menos abiertos, y ni siquiera se trata de obtener un descuento. La urgencia biológica se convierte en un hecho con una prioridad alta. Lxs cuatro mil compañerxs aisladxs física y mentalmente son una montaña en nuestro pecho, pero no lo podemos cambiar ni un milímetro. No somos inflexibles en el error, somos inflexibles en nuestra valoración crítica.

Nosotrxs no queremos colaborar porque creemos en nuestras ideas y en
nuestra capacidad para transformar la realidad; esto no es porqué nostrxs creamos en lo que hemos estado haciendo hasta ahora sin una posible
modificación. No somos adoradorxs idiotas de un modelo considerado como
la verdad. Menos aún somos colaboracionistas, que basan sus convicciones
en una crítica elaborada en las oficinas del Ministerio del Interior. Colaborar significa rendirse al enemigo rotundamente; ellos no están proponiendo una alternativa con el fin de desplazar a la lucha hacia otros lugares. Nunca habrá un “otro lugar†para lxs colaboradorxs. Siempre van a cargar con su pasado, envueltxs en la mierda de su presente.

SU RAZONAMIENTO HA ENTRADO EN CRISIS

Lxs racionalistas feroces, ya han entrado en crisis. La lista del stalinista
Lukács [10] realizada para hacer las paces con la filosofía (denunciando a Nietzsche y Stirner) no fue suficiente para ellxs. Ahora han regresado a los brazos de Spinoza, e incluso en menor medida, a los de Husserl. Ellxs eran sacerdotes prácticamente desde el principio. Ahora están mostrando el comportamiento radical y posibilista de alguien que ha descubierto la crisis desde el (aparentemente monolítico)
otro lado de la conciencia. Se trata de arrojarse de cabeza hacia la perplejidad como una vez se lanzaron de cabeza hacia la seguridad. Ahora quieren “utilizar†la política. Previamente ellxs se dejan utilizar por ésta. Para ellxs la crisis se produjo después de una derrota militar. Como un/a buen/a contable que ya no puede cuadrar las cuentas porque alguien se las ha quitado por la fuerza.

Por lo tanto, la crisis se convierte en una coartada más que una oportunidad. Un camuflaje para los tumores de su propia idiotez, no una apertura a la diversidad y la creatividad. Por lo tanto, se revuelven como gatos persiguiendo su propia cola, todo el problema de la causa de la crisis y el cómo salir de ella. No se dan cuenta de que nunca entraron en crisis, sino que sólo se veían; según las circunstancias, en diferentes espejos deformantes: ayer pensaban que eran hermosxs y fuertes, ahora creen que son tontxs y débiles, lloriqueando y golpeadxs. Lo que eran y lo que realmente son, encuentran muchas dificultades para entenderlo.

LO QUE ELLXS NUNCA COMPRENDIERON

Nunca tuvieron nada ni algo de imaginación. El marco de su existencia era estrecho y limitado. Repetidos de memoria hasta el infinito. Lugares comunes de las pulsaciones de la victoria y la derrota. “Realmente existen†tanto el socialismo como el comunismo y la libertad. El destino interior de la desgracia se transforma en un signo radiante de gloria. No es confusión, pero sí la tristeza y el estado policial. Ellxs no entendían todo lo que podía ser liberador en un ataque y
lo repitieron como si fuera una pieza clásica, bajo la mirada de lxs directorxs que eran muy estrictxs y respetuosxs con la formalidad. La subversión parece utilizar los mismos caminos; a veces opta por los mismos objetivos, pero se expande y se abre a horizontes distintos. No tratan de crecer a través de la magia de los órganos de información: es el crecimiento en sí. Crece con el crecimiento del fenómeno subversivo, si sucede lo contrario se autoreduce, se retira en sí misma y se anticipa a otras intervenciones. No grita en el escándalo de la historia, no cae sumisa a los pies del opresor, no habla sobre la crisis y no hace un guiño a la colaboración.

No entendían que una crítica se desarrolla cuando la gente avanza, en
tiempos de crecimiento y desarrollo. Si en esta fase sólo albergas ilusiones,
entonces en la siguiente fase es cuando pagas por los errores cometidos, ya no
estás en condiciones de hacer “una crítica†, a lo sumo, puedes entonar un “mea
culpa†.

EL MOVIMIENTO REAL NO ESTÃ EN LAS PRISIONES

Siempre se cometió el error de buscar el/la interlocutor/a privilegiadxs en esta o aquella parte de la realidad. Hoy en día el lumpen-proletariado, ayer el/la trabajador/a de la fábrica, entre ayer y hoy las masas trabajadoras y mañana lxs presx políticxs. Una vez más, su miopía los deja fuera del juego. Los separa de la realidad.

Así que no vale la pena molestarse en ser más cruel, más implacable y más un carnicero de cadáveres y proclamas que otrxs que estaban en la historia. La interminable noche está llena de estas cosas. Lxs compañerxs de prisión no pueden constituir un punto de referencia privilegiado. Ellxs no pueden proporcionar la indicación más avanzada de la lucha. Están en un espacio de sacrificio, en un estado de continua tortura física y psicológica. Son un símbolo de la confrontación de clases. Ellxs no son la confrontación de clases en sí. Nosotrxs no somos cristianos. El testimonio de algunos de nosotrxs, incluso de lxs compañerxs que están muertxs, no nos lleva a pensamientos que sean diferentes de los simbólicos. A pesar de esto, nosotrxs no estamos afectados ni por una falta de sensibilidad hacia estxs compañerxs, ni por averías mentales de cariño hacia un símbolo. Todos estos son falsos problemas.

Tenemos nuestra bandera, pero no vamos a hacer un juramento sobre ella.
Tenemos nuestros sueños, nuestras esperanzas, nuestros deseos y nuestros
amores, pero no los vamos a empaquetar todos ellos en una visión unilateral
de la vida. Habiendo dicho todo esto, no somos eclécticos o posibilistas
para todo eso. Nuestra dureza y nuestro rigor provienen de la razón y del
corazón. A veces, prevalecerán las razones del corazón, y otras veces las de
la razón, pero esto no es motivo para que nos sintamos culpables o que
creamos que nos hemos traicionado a nosotrxs mismos y a nuestros principios.
Nuestros sentimientos hacia nuestrxs compañerxs presxs no pueden hacernos
cerrar los ojos ante la realidad a la que pertenecen de hecho lxs compañerxs
en la cárcel, compañerxs que viven en condiciones de privación y aislamiento.

Si queremos liberarlos, tenemos que partir de algo diferente, desde el movimiento real. Si partimos desde ellxs y su especificidad estamos clavándolos -de una manera u otra- a su situación carcelaria, sin embargo sólo el éxito de nuestra iniciativa sería el éxito de una liberación posible. Será el movimiento real, que está fuera, el que produzca su liberación; el esfuerzo de la lucha que nosotrxs, como un movimiento específico, podremos desarrollar mediante la conexión entre los miles (o cientos, o incluso unas pocas decenas) de los hilos que unen a los movimientos específicos y el movimiento real juntos. De lo contrario, habrá mil años de soledad para todxs.

NO PUEDE HABER UNA CRISIS DE LA IMAGINACIÓN PARA ALGUIEN QUE NUNCA LA HA TENIDO.

Sólo que ahora tienen una horrible sospecha viniendo hacia ellxs: que la cultura de la cual eran portadorxs y la práctica que habían comenzado a realizar eran incompatibles. En una mano el sueño de algo, y en la otra, algo sin el sueño. El salto debería haberse hecho con la imaginación; el salto hacia el cielo de lo imposible, de lo extraordinario, algo que siempre estaba cerrado para ellxs de todos modos. Sin embargo ahora ven que, por el contrario, la compatibilidad en realidad existía y que era simplemente atroz. Cada unx elige sus medios, y estos les quedaban como un guante; ellxs pertenecen a su capacidad inventiva para encontrar acuerdos cómodos y direcciones, las perspectivas y orientaciones hacia los siempre cambiantes extremos. La asfixia de su medio es una de las formas más horribles de morir.

Para los comerciales de la muerte, sólo a final de año (o al final de su “campaña†) las vacaciones están permitidas. Como regla general, tiene que funcionar la guillotina. El ruido de la caída de la hoja termina marcando los momentos de su día. Después de un rato, uno no puede menos. El proyecto se ha completado. El comienzo se encuentra al final. Un nuevo comienzo y un nuevo final aparecen, siempre idénticos y repetitivos. La cultura que se promueve gira a su vez ascendiendo al nivel de un acto de promoción.
¿Dónde podemos encontrar el cadáver de la imaginación? Ni siquiera el sueño
de algo imaginativo existía aquí.

LOS ESTEREOTIPOS DE LOS GRUPOS ARMADOS.

Las acciones de los grupos actúan como una cinta transportadora que conduce de la minoría organizada hacia el proletariado desorganizado. Desde un punto de vista escatológico de los acontecimientos, los pequeños actos destructivos de hoy imitan el apocalipsis.

El grupo se anticipa, se clasifica, se ejecuta, se transforma y se repite. La última fase de correo de esta repetición se produce siempre de la misma manera.

El grupo es el proyecto más orgánico de una dimensión que se puede encontrar. Nada escapa a su organigrama, cualquier cosa se puede incluir, dependiendo de las circunstancias. Esta extrema “competencia†hace que aparezca como un mini-Estado en formación, un tumor actual de la enfermedad muy extendida y que es la política de Estado.

GUERRA DE CLASES Y EL CENTRALISMO LENINISTA.

La orientación dada a las perturbaciones de clase (en la imaginación clasificada) impone la apariencia de una guerra militar en la lucha. Como resultado, los acontecimientos infinitamente complejos de la lucha social se reducen y simplifican y se encuentran completamente ocultos por los hechos de las armas.
La espontaneidad periférica, es necesaria desde el principio en un ejército
que se recluta por azar y que no recibe regularmente material de cualquier
fuente que los suministre a todos, y el hecho mismo de tener que “tomar medidas†para adquirir armas, se convierte en un límite negativo que debe ser superado lo antes posible. La progresión es necesariamente rápida. El que se detiene se pierde. El enemigo se prepara para las operaciones de contraguerrilla. La guerrilla debe equiparse a sí misma, convirtiéndote a ti mismx en un/a soldado.

La orientación de las intervenciones, las decisiones políticas, las campañas intermitentes, los objetivos, las posibles consecuencias y tantas otras cosas se filtran y se proporcionan a los distintos niveles de la estructura centralizada. Las discusiones preliminares, debates, propuestas y análisis se seleccionan para llegar a la cima de forma simplificada, listas para ser convertidas en una nueva propuesta para la acción, cuyo desarrollo se inicia siempre desde el centro. Después de todo, se trata de un ejército democrático. La reducción de la lucha de clases a un enfrentamiento militar sólo lleva en sí a la conclusión lógica de que, si sufrimos una derrota militar en este terreno, la lucha de clases deja de existir como tal.

A partir de esto llegamos a lo absurdo no sólo teóricamente, sino también prácticamente, ya que hoy en Italia después de la derrota de las organizaciones armadas, ya no hay una guerra de clases real, ya que interesa a todxs (al Estado en primer lugar), para negociar una rendición con el fin de evitar la aparición, o el desarrollo continuo, de un proceso de lucha que es absolutamente inexistente, completamente inútil y peligroso para todxs nosotrxs.

LA MARGINALIDAD DE LOS GRUPOS ARMADOS RESPECTO A LA LUCHA DE CLASES.

Es fácil ver que las estructuras armadas, especialmente aquellas que toman
forma de grupo, son siempre marginales respecto a la lucha de clases. No porque
sean extrañas a esta; simplemente son marginales.

El desarrollo de la lucha de clases tiene sus efectos sobre ellos; o los empuja
a encerrarse en sí mismos o se abren, de acuerdo a las situaciones de mayor
o menor tensión social. Pero todo esto tiene límites muy estrechos. Una
relación representativa no se establece nunca, con la excepción de minorías
marginales muy pequeñas o grupos con un alto grado de sensibilidad política.

Es evidente que estos fenómenos son muy importantes, y también está
claro que el Estado hace todo lo posible para empujarlos hacia la lógica
“terrorista†: los sitúa como un fenómeno excepcional y cuyas acciones
son llevadas a cabo por locxs o criminales agentes del servicio secreto.
En este caso, el camino a seguir es el que se extiende hacia abajo, hacia
la conciencia del pueblo, mediante la presentación de las acciones y las
aclaraciones que afectan e incluyen a aquellas personas sin inmovilizar en una
fijeza espectacular.

Bueno, por su naturaleza, el grupo tiene una forma de filtro que repele a
los demás mediante el aislamiento en una condición social rígida y amorfa:
trabajadorxs, ama de casa, empleadx, ejecutivx de la gerencia media,
estudiantes, etc. Es como un colador, que absorbe a algunas de estas personas,
pero sólo después de la aceptación de una iniciación de tipo ideológico. La
política es un instrumento de selección. Por lo tanto, el camino hacia el
crecimiento cuantitativo sólo es posible a través del organigrama del grupo.
Acción y aclaraciones se entregan a los mecanismos pedagógicos que se piensa
equivocadamente que son automáticos. Después, el Estado cuidadosamente
destruye incluso los pequeños reflejos de una maquinaria como ésta (cuando
existe).

LO QUE PUEDEN RECHAZAR.

Son los reflejos condicionados de la gente. Inducidos por simpatía.
Todo lo que se deja pasar por la tupida red de censura del Estado. El apoyo
que la gente da a alguien que ha peleado una buena batalla, aunque ésta
se librase con métodos con los que no todo el mundo está de acuerdo.
No mucho, con el fin de influir en y sobre el proceso revolucionario, a medida
que avanza. El movimiento real -que nunca se pierde nada- puede afirmarse
allí, pero “muy poco†puede ser aportado, insertado de una manera crítica y
consolidado detrás del telón negro inmenso que el poder fue capaz de poner
delante de la visión crítica de la gente. Empezando por la palabra “terrorismo†.

Lo que está sucediendo, por el contrario: ellxs piensan que están en el
centro de una experiencia que es muy diferente de todo lo que se ha escrito en
los periódicos o se ha declarado en los juzgados. Se trata de repetir la verdad
oficial como si fuera un hecho. Se trata de declarar que la guerra ha terminado.
Así, incluso el último bit restante de algo positivo y revolucionario se erradica.

¿QUÉ PUEDEN ESPERAR EN EL FUTURO?

Absolutamente nada. El proceso irreversible del movimiento real los ha expulsado firmemente por colaboracionistas. Ningún invento dialéctico puede dar credibilidad a la decisión que tomaron hoy ni de su neocontractualismo, que aparece de mil maneras detrás de los análisis complicados de estxs artífices de la palabra. Ellxs pueden volver a su esquema utilizado. Los tiempos que esperamos que sean mejores, todavía serán capaces de presentarlo como un viejo error de lxs guardianes del templo, lxs calculadorxs de la memoria del proletariado. Se hizo en el pasado, seguramente se hará en el futuro. Siempre hay ciudadanxs dignxs para muchxs que no quieren tener nada más que creer en algo. Pero todo esto tiene muy poco que ver con la revolución.

UN INSTRUMENTO EN MANOS DEL MOVIMIENTO REAL.

Básicamente, todxs nosotrxs actuamos y vivimos en base a nuestras
convicciones -correctas o equivocadas- pero la mayor parte del tiempo, no
estamos en una posición que nos permita anticipar las consecuencias reales de
nuestras acciones y de nuestras vidas. En este sentido, incluso lxs predicadorxs
de los salmos partidistas [11] vinieron a por su parte. Un bagaje de la experiencia
y la lucha acumulada, disponible para ser usado o esparcido. No hay manera
de guardarlo en las bóvedas de la historia. Tenemos que tomarlo ahora, rápidamente, hasta sus últimas consecuencias. De lo contrario, incluso los
instrumentos conscientes de la revolución terminarán oxidándose.

Casualmente, esto demuestra la inutilidad de las decisiones como las que se
han tomado con tanta seguridad hoy en día: la colaboración es siempre el acto de
una parte, o más bien, del grupo armado. La realidad de las luchas es no colaborar.
Se pueden utilizar a los hombres y métodos como sus instrumentos, pero los
rechazan y los sitúan después en lugares de solitud y despiadado pensamiento.
Pero todo esto no va a desviar el curso de la lucha social ni un milímetro.
Otras cosas componen el resultado en la acción; otros niveles de conciencia,
otras participaciones y otras modificaciones de los objetivos. Y en la verificación
de estas “otras cosas†, incluso la primera de ellas, la insignificancia de los actos
ya oxidados cesará, a pesar de sí mismxs.

MUY POCXS COMPAÑERXS

Sólo unxs pocxs estarán presentes en la encrucijada de la toma de
decisiones. No debido a su negativa a colaborar, pero debido a su crítica de los
errores y las limitaciones de las acciones pasadas. La construcción es un acto
relacional, no tolera la suma y la resta. Los balances son para lxs contables.
Alguien que se engaña sobre la posibilidad de suprimir la explotación
capitalista sobre el terreno a través de una decisión militar ahora debe ceder
el paso al hecho de que una mitología de este tipo sólo puede hacerse realidad
si se concreta en una verdadera y adecuada difusión de la lucha. La pradera se
quema completamente si el viento sopla desde la dirección correcta, y el viento
no siempre está a nuestro favor. Ahora, alguien que no entienda esto muy bien
podría negarse a colaborar, pero permanecerá aisladx a partir de las luchas del
mañana, una cariátide [12] en su lugar, una autoalabanza de la inmutabilidad tanto en el bien y como en el mal.

MÃ S ALLÃ DEL GRUPO ARMADO

Más allás del grupo está la lucha libertaria armada; anárquica, popular
e insurreccional. En el momento de la retirada, cuando ya se están
preparando para entregar las armas y su bagaje a lxs que reconocen como lxs
vencedorxs, afimando decididamente la imposibilidad de este tipo de lucha.
Es cierto que aquellxs que vivieron la experiencia de la lucha armada desde
el interior de un grupo armado no son conscientes de esta posibilidad. Pero
también es cierto que las razones iniciales que bloqueaban una oportuna
investigación operativa en esta dirección fueron de naturaleza ideológica,
y no sin lugar a duda, estratégica o táctica. Era el espíritu del bolchevismo
pasado de moda que impuso el plan de Iskra [13] y el Palacio de Invierno. No es la certeza probada sobre la imposibilidad de un método diferente como la lucha de guerrillas libertarias.

Ahora, en el momento de la colaboración y del plato de lentejas, no
tiene sentido esperar una segunda crítica. Con ellxs, puede incluso ser una pregunta de un vestigio de buena voluntad al querer presentar la solución
de la derrota como la única posibilidad. ¿Cómo empezar de nuevo? ¿Sobre
qué base? ¿La de un programa y un método desconocidos? ¿Más a menudo
odiado o ridiculizado? ¿Encabezándolo para dirigir qué perspectivas? ¿Con qué
credibilidad? ¿La admisión de la derrota, no de un proyecto militar (que acaba
de ser una tautología común), sino de un proyecto político? Sería mejor traerse
a uno mismo para colaborar con el fin de salvar lo que pueda ser salvado y
volver a empezar desde el principio mañana, tal vez repitiendo el mismo curso
de acción.

EL PROYECTO ANARQUISTA

Hemos hablado muchas veces de la manera de enfocar la lucha armada
de lxs anarquistas. Lo hemos hecho en tiempos sospechosos, cuando todo el mundo marchaba por delante a la cabeza en el espacio desordenado de las grandes acciones espectaculares que eran sistemáticamente machacadxs por los medios de comunicación para el consumo de la población. El rechazo de las estructuras verticales, sin estructura de cooperación entre los campos de la actividad, el control dentro de los límites de la seguridad, la autosuficiencia de los grupos, la elección de objetivos mínimos, el sentido de acceso de estos objetivos, la continuidad de la intervención, la radicalización progresiva en los ámbitos sociales, la libre información, la actividad de propaganda, la clarificación crítica, la circulación de ideas dentro del
movimiento, la preparación de las situaciones de la propaganda, las luchas
intermedias, la conexión entre esta fase y la fase insurreccional siguiente,
los intentos y los resultados de las acciones individuales unidos por un hilo
lógico desprovisto de saltos incomprensibles, la igualdad en todos los niveles de
lucha, las múltiples facetas de la dimensión estrictamente militar, el aspectos
bipolar de las estructuras organizadas, la capacidad de desestructurarse
fácilmente en cualquier momento, la crítica de la profesionalidad, la crítica de
la superficialidad, la crítica de la “eficiencia-para-su-propio-bien†, la crítica del
economicismo tecnológico y la crítica de las armas .

LA APERTURA INSURRECCIONAL

Participando conjuntamente con la gente, con lxs explotadxs en general,
en las luchas intermedias: por la vivienda, contra la guerra, contra los misiles,
contra las centrales nucleares, por el trabajo, por la defensa de los sueldos, por
el derecho a la salud, contra la represión, contra las prisiones, etc.

Y entonces utilizar nuestra fuerza organizativa para instar poco a poco
a estas luchas para que vayan un poco más allá, hacia una posible apertura
insurreccional.

EN LA PRà CTICA, EL DESARROLLO DEL MOVIMIENTO REAL ES UN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN VIOLENTO DE LA LUCHA DE CLASES

No es cierto que el movimiento real pueda crecer indefinidamente a
través de luchas intermedias. Si por el contrario fuera cierto significaría
que el anarcosindicalismo sería la mejor solución, dado que prevé tanto una
adaptación de las estructuras de lucha en la sociedad del mañana, como su
propia transformación en una estructura constitutiva del nuevo orden social.
Lo importante es que las luchas intermedias deben llegar a un desenlace
violento, un punto de ruptura, una línea esencial/fundamental más allá de
la cual la recuperación ya no sería posible, salvo en proporciones mínimas
y por lo tanto insignificantes. Pero para lograr este resultado, el proceso de
transformación violenta debe ser lo más amplio posible. No en el sentido de
que inevitablemente deba partir de un amplio movimiento de masas, que es
violento y niega resultados inmediatos y tangibles, sino en el sentido de que debe contener, aun cuando tiene un tamaño mínimo al principio, la idea y la
intención de desarrollarse como como un movimiento violento de masas. De
lo contrario, el papel del movimiento específico se convierte en puramente
simbólico, retirado en sí mismo, sólo es capaz de satisfacer (hasta cierto punto) a lxs componentes de la minoría (o si se prefiere, del chanchullo).

EL VALOR ÉTICO DE LA VIOLENCIA

Los discursos sobre la violencia sólo tienen sentido desde este punto de vista. Desde luego no desde el de alguien que habla sobre el valor de la vida como un absoluto. En lo que a mí respecta, la vida de los explotadores y sus agentes, no valen un centavo. Y hacer distinciones -como ya han hecho algunxs- entre la muerte de un Moro y la de un Ramelli [14] parece, en mi opinión, una especie de preludio para un debate anémico. Nunca es posible equilibrar la violencia liberadora con las condiciones de lucha. El proceso de liberación es excesivo por la naturaleza. En el sentido de exceso o en el de la deficiencia. ¿Dónde se ha visto que una insurrección popular golpeando en la diana, distinga claramente los enemigos a matar? Es un golpe de las garras del tigre que desgarra y no distingue. Por supuesto, una minoría organizada no es el pueblo insurgente. Así que lo distingue. Se ha de distinguir. Pero incluso en la prudencia necesaria que impone a sí mismo, encuentra tanto sus propios límites como la dirección de una posible apertura. En este sentido, es revolucionaria; es una experiencia in vitro, por lo que puede convertirse en una irrisoria tempestad en un vaso de agua.

No debemos hacer una distinción en función de la descodificación de la
acción, pero de acuerdo a su reproducibilidad. Las dos cosas, si lo prefieres, no
están separadas, pero son diferentes. La descodificación de la acción es diferente
de lo que la minoría puede lograr por sí misma, ya que sigue estando vinculada a los
medios de comunicación de masas (Massmedia), y por lo tanto a las distorsiones
del poder. La reproducibilidad es algo intrínseco a la acción en sí misma. Para
distorsionarla, el poder debe silenciarla, porque incluso en los comentarios más
arriesgados la acción en sí misma -desnuda y cruda- no puede ser cuestionada.
Este difícil problema puede ser resuelto de la siguiente manera. Un ataque
contra el enemigo de clase siempre se justifica. La vida de alguien que oprime
a los demás y les impide vivir no vale un centavo. Este ataque puede llevarse
a cabo de manera generalizada, a continuación, con una intervención masiva
de la gente, por lo que no se puede medir en relación a las condiciones reales
de la lucha: el resultado siempre es inarmónico, excesivo o reduccionista.

Esta es la dimensión máxima de la violencia revolucionaria, que es a la
vez creadora y destructora. Por otra parte, en una dimensión minoritaria,
siempre tratamos de medir el golpe y adaptarlo a las limitaciones reales de la
lucha. Todxs pensamos que tenemos una idea precisa del nivel del conflicto
de clases, y por lo tanto sugerimos las soluciones y los límites establecidos.
Pero en la práctica, es la descodificación la que nos guía. Somos pedagogxs
en busca de discípulxs. Es precisamente la reproducibilidad la que debe ser
el criterio para medir la violencia de las minorías, de modo que se desarrolle
a partir de un fenómeno minoritario hacia uno el generalizado que debe ser.
El resto es sólo una sacerdotal charla.

EL SIMPLIFICADO PROYECTO DEL GRUPO

Entre otras cosas, hay una ilusión de que el partido puede simplificar el modelo utilizado para la construcción de la acción. La descodificación es por lo tanto confiada a los órganos de propaganda, que segregan una basura horrible conocida como proclamas, programas o comunicados. El idioma puede ser estandarizado como las acciones. Todo se repite. Todo se vuelve familiar para todxs (excepto para las personas). La amplia masa de la gente adquiere este conocimiento a través de las interpretaciones del poder. Los resultados son prefabricados modelos de acción. Lxs otrxs ayudan y se muestran satisfechos con el estremecimiento del riesgo en rótulos. El modelo se convierte en un éxito, como un thriller o una película de terror. Sin embargo, no se le ocurre a nadie cortar en pedazos a un hombre en su propia bañera para ver cómo se hace. La gente prefiere ver como se hace en el cine. No se trata de un miedo a la participación. Muchas personas toman riesgos mucho mayores con un coche o una jeringa en la mano. Se trata de una cuestión de distancia. De una deformación romántica de la realidad. De unas glorificaciones bien construidas alrededor de prácticas liberadoras que no tienen nada de excepcional sobre ellxs. Preclusiones [15], a menudo originarias de la religión, que la gente no puede superar por completo. El grupo pretende aclarar todo esto desde el exterior, para construir un modelo pre-empaquetado de la reproducibilidad. No se da cuenta de que al hacer esto hace el mismo trabajo que el Estado. Ofreciendo falsos deseos. Los dos polos
se encuentran a través de su distancia desde el alcance real de la violencia
liberadora. Poder y contrapoder marchan paralelos entre sí y se refuerzan
mutuamente.

¿DE QUÉ COMUNICACIÓN ESTà N HABLANDO?

El efecto inflamatorio del ejemplo debería haberse propagado gracias a la maravilla de la distribución. Pero la acción sigue siendo indescifrable. No había mucha iniciativa en esta dirección. El resto tuvo que ser realizado por los medios de comunicación de masas. Pero, ¿qué pueden comunicar realmente, estxs transmisorxs de la ideología
del poder en vías de desarrollo? ¿Exactamente lo que el poder quiere de
ellxs? ¿Pero no es el grupo un mini-poder haciéndose a sí mismo? Y este
razonamiento es efectivamente trabajado, por lo menos al principio. El poder
se dio sí mismo una imagen exagerada (por lo tanto deformada) del ataque real
contra el enemigo. Pero eso fue en consonancia con su objetivo de cavar una
zanja cada vez más profunda, de transformar la realidad al minuto la cual se
estaba desarrollando entonces en un general e ilusorio teatro de la muerte, con
sus espectadores pagando por su butaca y la cómoda atmósfera de silencio y de
inseguridad; en fin, todos los elementos del drama burgués. Cuando a partir
de ese momento la distancia se hizo enorme, el cierre se convirtió en total:
luego vino la interrupción. En la fantasía desenfrenada, la acción misteriosa
continuó desmesuradamente. Un cruce entre la banda de Bonnot [16] y Jack el Destripador.

¿Y los tímidos intentos de generalización? ¿La ilegalidad de masas que balbucearon aquí y allá? ¿Las pequeñas aplicaciones de sabotaje? ¿Los miles de incendios, los cientos de anónimos “kneecappers†[17], las ventanas rotas, los saqueos realmente proletarios? Todo eso lo dejan de lado. Bagatelas para las señoras de la beneficencia. Juguetes para niñxs desviadxs. Pequeñas, las escenas periféricas. En el centro (pero, ¿qué centro?) la gran escena culminante se repitió, con el Estado y el contra-estado coproduciéndola. No obstante, a pesar de todas sus limitaciones, las semillas tanto de la degeneración más absurda y las semillas de la diseminación en todo el país estuvieron presentes en esta gran producción. Hubiera sido necesario acallar el militarismo cada vez más oneroso, el discurso terrible de antes, y las ilusiones no menos terribles de las acciones deslumbrantes. Pero para hacer eso, una crítica real habría sido necesaria; no sólo una crítica de palabras vacías. Una prueba sobre el terreno, no en las mesas de los institutos anatómicos. Una muerte es una muerte, no importa cómo se mire. Hay que llegar en primer lugar, construyendo a lo largo de líneas paralelas, mostrando a la gente; que no se limiten a sí mismos a señalar las grietas y fisuras que nadie quiere aceptar en la práctica.

LAS RELACIONES ANARQUISTAS ENTRE LA MINORÃ A ACTIVA Y EL MOVIMIENTO REAL

Ni punto de referencia ni caja fuerte para mantener una memoria que el movimiento se las arregla para hacer muy bien por sí mismo. Ni lxs planificadorxs de estrategias y métodos ni un centro de reciclaje. Sin embargo, una precondición indispensable del proyecto revolucionario. En la intervención mágica de un millar de condiciones, la espera se vuelve insoportable e inútil a menudo. Tenemos que impulsar y crear las condiciones mínimas, entonces el acto se puede confirmar, por lo que la magia de una acción puede llegar a ser general y extenderse como una ola en el agua. Pero con nuestra mente y los ojos bien abiertos. Con un proyecto. Con los medios indispensables. Pero el proyecto y los medios tampoco deben convertirse en lo más importante, lo único por lo que estamos luchando. Su esencialidad no se puede convertir en derechos exclusivos. Incluso deberíamos saber cómo hacer que todo fracase. No al principio, mientras estamos a la espera del evento que lo confirme, pero después, si lo indispensable, las condiciones necesarias (por cierto mínimas) no aparecen. No la libre reproducción,
porque tenemos que seguir viviendo. Somos diferentes de todo eso. Vamos mucho más lejos, es por eso que siempre se puede empezar de nuevo. Ellxs están destinados exclusivamente a esto. Un teorema que crece sobre sí mismo. Un monstruoso y complicado embrollo de tautologías.

LA IDEOLOGà A DE LA RENDICIÓN POR SEPARADO

¿Y lxs otrxs? Desde el más cercano al más lejano. Desde el sub-proletariado que inspira tanto la estridencia, cerca, en la misma jaula, pero a miles de kilómetros de distancia debido a sus propios motivos reales para la contestación. Para el proletariado en general, el mítico, pero también el verdadero, aquel que despierta temprano en la mañana, aquel que produce, aquel que masacraron con la regularidad de un cronómetro, aquel que recibió menos serenatas pero muchas más teorías, que fueron igualmente inútiles en cualquier caso. No hay nada que podamos hacer al respecto. La rendición es aparte.
No hay mucha diferencia en el hecho que todxs suponemos que hay que llevar la lucha hacia delante todxs juntxs. Ahora que las vanguardias han sido capturadas por el enemigo. Por lo menos podemos decir que la mayor parte del ejército proletario no escatima para sí mismo un destino similar. Cierra la boca y continúa dejándose explotar. Bueno, al diablo con él. Y junto con él enviaremos a lxs demás que dicen estar montado el tinglado, lxs que dicen que están listxs para el debate político, pero que resultan incompatibles más tarde, y aquellxs no reciben órdenes o digieren la teoría. Alianzas a corto plazo, pero realmente no valen la demasiado la pena.Y ahora, vamos a ir solxs: vamos a llegar a un acuerdo con el Estado y dejar a lxs demás en la cárcel (o en la
fábrica), si eso es lo que quieren. Mil años de soledad, pero sólo para ellxs.
Después de todo, son unxs ingratxs.

El infierno está empedrado con este tipo de razonamientos. Están todxs listxs y dispuestxs a sacrificarse, pero todxs ellxs esperan ser pagadxs. Desde San Pablo, las condiciones previas están claramente establecidas: los salarios y la esclavitud. Escondido en este autoproclamado razonamiento está la idea secreta de que el proletariado (por encima o por debajo) debe servir como una masa manejable, una fuerza de asalto liderada e iluminada por la parte combatiente del grupo armado. Tú podrías morirte de risa. Sin embargo, cuando se experimentó esto en el pasado, era como algo serio en
su lugar, algo que lamentablemente se desarmó.

Para ellos, el nivel de confrontación viene determinado por la cantidad de poder de fuego que han tenido éxito en movilizar. Ellxs no entienden que a pesar de que el proletariado lxs dejó solxs cuando atacaron a Moro y a su escolta (¿cómo podrían alguna vez intervenir?), fueron ellxs lxs que dejaron al proletariado sólo en sus miles de pequeñas acciones cotidianas. En su lucha constante. En su sufrimiento. En el colapso de sus sueños y esperanzas. En la tragicomedia que se ve obligado a mirar, incansablemente repetida por varios sindicalistas, funcionarios del partido, los jefes y los funcionarios jefes, etc.

Si llegamos a la conclusión de que la dificultad de unir al proletariado en esta infinita serie de enfrentamientos armados (¿y por qué las armas siempre son manufacturadas por industrias como Breda?), nos vemos obligadxs a concluir que el grupo armado necesariamente debe estar solo en sus ataques a uno o a cien explotadores. No sólo en el sentido físico, porque eso tiene una importancia secundaria, pero también en el sentido político, en el sentido revolucionario, en el sentido de un proyecto de cambiar el mundo.

“DEJANDO A UN LADO†COMO TRAICIÓN

Detengámonos por un momento y pensemos. Cada unx de nosotrxs con las ideas de ayer, pero en las condiciones actuales. Para resolver el problema, debemos poner a un lado la lucha de clases y proponer la hipótesis de que un momento idílico de suspensión es posible. Dentro de nosotrxs mismxs, lxs otrxs en otro lugar, en un lugar en el que no hay lugar en absoluto. Nuevas palabras para un comportamiento tan viejo como el mundo: la traición. Una persona no es un/a traidor/a porque busque el pensamiento crítico, el análisis de errores y un reposicionamiento correcto de las acciones futuras. Él/ella es un/a traidor/a cuando se retira a una cárcel mucho más fría y más aterradora que las peores prisiones de Bentham [18] . Él/ella es un traidor/a cuando pone barreras entre nosotrxs y aquellxs que vivieron las mismas experiencias que nosotrxs, que comieron el mismo pan y cometieron los mismos errores. Cuando se retira del objetivo que se había propuesto, dejándolo fijo e invariable, y busca un lavabo para lavarse las manos.

Una noche, el/la traidor/a nos dio un beso en la mejilla. El/la traidor/a de hoy ha leído a Lakatos [19] y juega con la ambigüedad de las palabras para su remisión. Él sabe que Husserl habló de una “suspensión del juicio†como un paso metodológico hacia un conocimiento de la realidad. Pero este realismo frío no es ni siquiera el de Oriente, que tenía una pesadez campesina y rústico, pero que de Occidente, que se refina, después de haber pasado por Lovaina. Salir de él: en la traición a la patria, el profesor alemán y el campesino ruso se parecen entre sí mucho, cuando ambos tienen carreras en el partido. Cada uno utiliza los mejores medios que se adapten a él, el resultado es el mismo. Hay quienes se cruzan: hablan de forma rápida y negocian directamente en la fuente. Hay otrxs que son más lentos y tardan más tiempo, con la participación de todo tipo de conceptos complicados antes de llegar a un acuerdo a través de intermediarios. Es la misma porquería.

TODAS LAS RATAS VUELVEN AL BARCO DE LA POLÃ TICA TARDE O TEMPRANO

Un paso atrás es siempre un pacto político. Un paso adelante incluso se puede confundir, pero se abre a lo social. A veces marginalmente o incluso a menor escala, pero lo que importa es la orientación, la dirección del viaje. Las ratas pueden lanzarse al mar para ahogarse, pero con un poco de suerte, encuentran la pasarela de la nave. Su instinto les salva. La negociación es un momento político: se trata de una guerra en un vaso de agua. Al igual que un alto el fuego. Al igual que un ataque frontal y un debilitamiento de la lucha de clases. Eso también es la política. El arte de hacer arreglos,
mientras que otrxs hacen algo que deberíamos haber hecho nosotrxs mismxs. Por ello, las ratas no son topos.

La reducción de la demanda a su mínimo realista, se presentan como portadores de la alternativa: conseguir liberara a cuatro mil compañeros de la cárcel. La importancia del resultado presiona hasta ocultar lo turbio del procedimiento. La lucha sólo puede ser política. Una plataforma de demandas, nada inaceptable; un proceso limitado de liberación que se presenta como la única solución posible al problema más complejo del proceso liberador.

Básicamente, este es el típico juego de lxs políticxs hiperrealistas. Las reformas pueden lograrse de inmediato, la revolución no. Utopía perturba los sueños de los maestros y el diálogo reformista de la conciliación. Su angustia actual consiste en la existencia de cuatro mil presxs políticxs en Italia, que están más o menos en contacto con una masa de unxs treinta y cinco mil autodenominadxs “presxs comunes†. Tal vez si el primero se hubiera puesto fuera, las satisfactorias escuelas para la re-educación social se hubieran podido organizar: una especie de media jornada en el ambiente post-carcelario. Utopía por utopía, una buena cosa merece otra. No hay límites para la fantasía del “poco a poco†.

Antes, cuando estas ratas gritaban como águilas, hablar así se hubiera resuelto con armas de fuego. Pero aquellos eran otros tiempos. Ahora que la vela se ha quemado, los candelabros también se han perdido.

EL CIEGO ABANDONO DEL MILITARISMO

Ni siquiera una señal. ¡Alto el fuego y eso es todo! Tenemos que volver a
casa porque la guerra se ha acabado. ¿Pero quiénes y qué fueron derrotadxs?
Ciertamente no el movimiento real, el cual continuó con su progreso
clandestino. Ciertamente no un método que pueda sufrir tanto la derrota como
la victoria. Un estado mental, sí; eso fue derrotado.

Y no en el terreno de la lucha armada.
Pero las críticas hacia esta mentalidad son superficiales y aisladas.
Contra el monolitismo militar, ellxs tienen muy poco que decir.

LAS VIEJAS CARIÃ TIDES Y LOS VIEJOS ARGUMENTOS

He aquí porqué siempre existe el riesgo de que los viejos
argumentos vuelvan a aparecer. Preferentemente con ropas nuevas.
Hoy vemos varias parodias del viejo comportamiento reformista, una especie
de llamamiento a todxs aquellxs que quieren dar al movimiento una nueva
oportunidad para respirar. Mañana vamos a ver un resurgimiento del viejo
centralismo leninista.

No hay límites a la indiscreción.

LA TEORÃ A DEL ESCAPE Y LA TEORÃ A DE LA RESISTENCIA

En lo que respecta a la crítica revolucionaria, la rendición y la ultra-implacabilidad son la misma cosa. Esta declaración no debe venir como una sorpresa. Estamos aquí para examinar los problemas dolorosos, no para sacar brillo a los puntos en los que estamos de acuerdo. Lo que necesitamos no es un romanticismo de la forma o la fidelidad hacia nuestras decisiones estratégicas. Tenemos que seguir adelante. Es por eso que no queremos que se ejecute. No porque creamos que se ha hecho todo como debería haber sido, y que todo está bien en éste el mejor de los mundos posibles.

Los recursos comunes se esconden en el territorio de la retaguardia, donde la revolución no se acabó de negar en palabras pero donde se luchó en términos reales. La alternativa a la desobediencia civil, al reformismo, al pacifismo y a las manifestaciones que son un fin en sí mismas no es más que la entrega, la disociación, la alienación y la negativa a continuar la lucha. Apelando a las leyes, al Parlamento Europeo y a lxs intermediarixs del tráfico político, cuyo significado se ha entendido desde hace mucho tiempo, significa cambiar de chaqueta, significa una sola cosa: traición. Sin embargo, deteniéndose en las viejas opciones, reafirmando la validez indiscutible del método del grupo armado y la creencia en curso de que el militarismo minoritario es también una especie de huida; es precisamente una huida de las propias responsabilidades críticas. Tal vez así es más atractivo; sino que lo hace por lo menos fanfarroneando e invita a las expresiones sinceras de solidaridad, pero no crea condiciones revolucionarias con buen humor.

CAMBIAR PARA AVANZAR

Por tanto, necesitamos una crítica. Lo que necesitamos son los métodos de participación en donde podamos utilizar nuestra experiencia de luchas pasadas como una buena ventaja. De esta manera, será posible entender la lucha armada del futuro. Como un proyecto en sí mismo, derivado de una organización específica, la lucha armada ni siquiera tendrá la mínima posibilidad de impulsar esta experiencia que desde sus inicios
en las condiciones de capitalismo avanzado podría llevarnos a esperar. Tenemos que seguir adelante. La organización específica es buena. No es un instrumento que pueda ser sustituido, porque es la expresión directa del movimiento específico: es lo que una objetivación de la conciencia revolucionaria logra dar y que puede ser inmediatamente utilizado. Pero debe ser dirigida exclusivamente hacia la participación. Siempre exactamente un paso adelante en relación con el grado de combatividad de las masas, en terrenos concretos en los que aparece el espíritu de lucha, incluso en lo más mínimo, y al limitar nuestra actividad a esta capacidad de las masas. No avanzar en todas direcciones y por lo tanto asumir un significado y funciones que no son relevantes a la
organización específica.

En este sentido todavía queda mucho por hacer. De hecho, tenemos que luchar en dos frentes. Por un lado, contra la mentalidad militarista que no se puede imaginar una organización específica que esté bien definida y limitada. Por otro lado, en contra de una mentalidad reformista que desconfía incluso de este pequeño paso adelante, que la organización específica debe cumplir, interpretándolo en términos de falta de honradez y vanguardismo. En un intento de clarificar estos problemas, hemos hablado de la insurrección.

EN LA PROPUESTA DE AMNISTÃ A, ESTÃ EL RECHAZO A AVANZAR

No puede haber solución al problema dentro de la estructura capitalista. Las cárceles deben desaparecer de una manera total y decisiva. No podemos discutir la liberación parcial. De hecho, podemos imponer condiciones intolerables en el Estado, de tal
manera que se produzca -una solución parcial al problema. Este no es el resultado de una negociación post-revolucionaria, pero de un momento de conflicto. La rendición debe venir del Estado. No nos engañemos sobre la posibilidad de una rendición total, a lo sumo, es o será una manera de celebrar un pacto. Eso, sí. Eso es posible. Y la imposición de este pacto debe ser un acto del movimiento real: la lucha de clases no se decide por la minoría que se ataca a sí misma, a la franja reformistas, siempre dispuestxs a aprovechar todas las oportunidades disponibles para continuar con la conquista del poder.

No estamos obligadxs, o no deberíamos estarlo, a pedir la amnistía para lxs cuatro mil presxs políticxs. Debemos demandar (¿o imponer?) la abolición de la prisión para todxs lxs presxs, una definitiva supresión del término presxs. Este es el proceso de lucha para imponer el método del “todo está bien ahora†en que el Estado puede decidir hacer un pacto y cerrarlo con esa antigua ley a la que podemos llamar amnistía, trabajo social o cualquier otra cosa. Será nuestra la decisión -en base a una evaluación de las condiciones de lucha- de aceptarlo o no. Esta es la razón por la que una simple propuesta de amnistía esconde el deseo de no avanzar.

La enorme presión moral de los cuatro mil cuerpos, los cuales están prácticamente muriendo en soledad, no puede hacernos cerrar los ojos ante lo evidente. Al optar por hacer un pacto y negociar con el Estado, nunca tendremos éxito en realidad para sacarlos de allí. Queremos liberar a cuatro mil simulacros de mujeres y hombres, que caerían en una dimensión en la que sólo se encuentran las barras de otra prisión: la prisión de su inutilidad, su desaliento, su sensación de estar constantemente en “otra parte†, en el espacio en el que dejaron su identidad como revolucionarixs. La tesis repugnante que se propuso, negociar la liberación de nuestrxs compañerxs antes de continuar con la lucha, debe ser revertida por la afirmación mucho más lógica y significativa de iniciar la lucha de nuevo para ser capaces de forzar la liberación de lxs compañerxs. La reanudación no debe ser una repetición monolítica de los modelos saludables del grupo armado, sino un desarrollo crítico en la otra dirección.

LA ILUSIÓN DE REDUCIR AL ESTADO A SU Mà NIMO COEFICIENTE REPRESIVO

“Yendo hacia atrás en orden saltaremos mejor†es un viejo proverbio francés que no se adapta a la lucha de clases. El que se retira está terminado. El Estado no permite tropiezos. La represión no disminuye cuando se disminuye la acción revolucionaria, sino que simplemente se transforma. Llega a ser más considerada y penetrante. Que se insinúa en la forma social democrática y las fuerzas de la búsqueda de consenso con el club de la policía. Se vuelven a establecer las formalidades legales del Estado. Después de todo, los que hacen las leyes siempre las manipulan según sus propios deseos.
Al dudar sobre el rumbo que debemos tomar, hacemos las cosas fáciles para la represión. Concedemos un inesperado respiro a la misma. Ningún método de opresión puede durar mucho tiempo. Ninguna ley especial puede ser institucionalizada por tiempo indefinido. Tarde o temprano, el consenso se hace sentir. Luego se debe volver a la normalidad. El Estado es consciente de esta necesidad de antelación. Y habla de lo más razonable para nosotrxs. Se trata de persuadir. No promete nada, pero no disuade a cualquiera. Nos da atisbos. Mientras tanto, cambia la dirección de la represión. Que se insinúa con amabilidad en la oficina de asistencia social, con promesas de trabajo y los
proyectos reformistas.

Es imposible reducir al Estado a su mínimo coeficiente represivo. Podemos desmantelar el ataque y así permitir que el organismo represivo se dote de una fachada socialdemócrata; podemos dar tantos pasos hacia atrás como el poder darse pinceladas de cal y restablecer su credibilidad.

Ellxs quieren obtener una esfera de acción dentro del Estado, para crear un gueto más grande dentro de éste para compensar el pequeño gueto que tienen ahora. En este sentido, que dicen representar no tanto un proyecto -que sería bastante increíble, dada su irrelevancia en el régimen general de las cosas- más sí una ilusión, un espejismo que no tiene nada que ver con la situación del movimiento real. Por supuesto, la reclamación se presentó con cuidado, pero también esconde la pretensión de ser un paso adelante, a pesar de que tiene el aspecto de una hipótesis de trabajo. La sustancia no cambia: es un
patrimonio que se subasta. Tenemos la intención de mantenernos atentxs ante esta liquidación. No porque pensemos que este patrimonio sea absolutamente indispensable para el desarrollo del movimiento real, sino porque en primer lugar, su venta no produce ninguna “liberación†, y después porque hay que examinar este mismo patrimonio con ojos críticos, si se vende al por mayor, todas las críticas futuras no tendrían ningún sentido y sólo serían el resumen de una voluntad, de un fetiche ridículo.

LAS COMUNIDADES DEL FUTURO SERÃ N LAS COMUNIDADES QUE LUCHARÃ N, POR LO QUE NO PUEDEN SER RESULTADO DE NEGOCIACIONES POLÃ TICAS

Algunxs que nunca salieron de su caparazón político ahora afirman que se inician en un largo viaje. Es abandonar una mentalidad antigua y la adquisición de una nueva. Quieren cambiarlo todo, porque todo ha permanecido igual que antes. Si la guerra fue la continuación de la política por otros medios (¿pero qué significa?), ahora la política debe ser la continuación de la guerra por otros medios. ¿Cuántas personas cayeron en este embrollo? Realmente, no hay fin a la ingenuidad humana. Todo el mundo piensa que es más astuto que los otros, y es por eso que sistemáticamente corren en todas direcciones. Ellxs siempre fueron los hombres políticos. Declararon que querían llevar la guerra al “corazón†del Estado, ahora quieren negociar la paz y la entrega. Todo esto no podría ser más normal. Pero lxs miles de compañerxs que participaron en la lucha, lxs miles a través de lxs cuales existía la lucha con todos sus errores y limitaciones, ese pulso de enorme esperanza, sueños, alegrías, deseos insatisfechos, el monstruo de mil cabezas y brazos que realmente podría agitar el universo obsceno de los jefes, todo lo que se resumió en un proyecto, con algunas variantes sin embargo, pero un proyecto único y trágicamente erróneo. Ahora, una gran parte de ese maravilloso pulso está encadenado. Si queremos construir el proyecto del futuro juntxs, debemos crear la posibilidad de un movimiento específico que sea capaz de encontrarse con el movimiento real, en los lugares y estados de ánimo en los que el pulso de este último se haga perceptible a la primera. En tu opinión, ¿podría algo como esto ser el resultado de una negociación con el Estado?

LA NUEVA GARANTÃ A ES UN EMBROLLO

Piden al Estado un espacio donde puedan desplegar lo que les queda. La represión y el mecanismo reproductivo deben conceder una pausa igual pero a la inversa a alguien que -por una concesión generosa se encuentra a sí mismo pateándose el culo, y- se inclina a otorgárselo al Estado.

El movimiento específico debe renacer en este espacio, con la contribución esencial de lxs compañerxs que han sido recientemente liberadxs de la cárcel.

El Estado, entonces, debe desarrollar un nuevo tipo de asistencia, el suministro de un nuevo tipo de alucinación al movimiento que se ha liberado de las cárceles: la posibilidad de construir un movimiento imaginario. Alguien que se acostumbró a las mistificaciones más increíbles del grupo armado, del pronto va a ser la dictadura del proletariado, de la memoria que debe garantizarse, etc. Podría considerar este cuento de hadas más aceptable desde el País de las Maravillas. Esperemos que Alicia llegue a ser más perspicaz.

Vamos a tratar de seguir una línea de razonamiento plausible. El Estado
es un regulador de las contradicciones. Se resuelve el aspecto fundamental del
capital, la competencia, pero no se resuelven por completo. Se resuelven una
serie de otras contradicciones: las culturales, físicas, lógicas y místicas, pero
no se suprimen. Ahora también tiene que resolver la contradicción existente
entre el movimiento específico de lxs presxs y las mentes de estxs últimxs, que
están tratando -con razón- para escapar de entre las trincheras y el alambre
de púas. Pero el “Estado social†exige un precio al capital y a las personas que
son arrastradas hacia soluciones ilusorias (desde trabajar por el registro de los
espacios autogestionados a la TV), se supone que lo mismo sucederá con el
movimiento específico.

¿Recuerdas el viejo proyecto de las pequeñas y miserables actividades
autogestionadas de tipo artesanal, joyería, cuero, decoración oriental y el
misticismo de mala calidad? Bueno, algo así. ¿Por qué no podría el Estado, que
busca y extrae un producto útil (en términos de producción de la paz social) a
partir de la entrega decisiva del movimiento específico, asumir la responsabilidad

de las iniciativas de financiación de este tipo? Después de todo, ¿por qué no darle un buen estilo de vida (casi) a un penitente: su rehacerle la cara y darle una nueva identidad, darle una pensión, que cuesta miles de millones, ¿por qué nosotrxs no pudimos encontrar un M.P (“Member of Parliament†, un Diputado en Italia) (o cien) que incline a la mesa un proyecto de ley en este sentido?

Se podría decir que en el fondo de la mente de muchos pesos pesados se esconde la tristeza, calculando la sensibilidad como un tendero.

El Estado no está pidiendo dinero, sino una garantía. Para establecer los límites de un espacio en el que se pueda respirar una nueva vida del movimiento, uno basado en otro proyecto.

No este espacio, en una inspección más cercana, ¿se asemeja a una prisión en todos los aspectos importantes? ¿No hay fantasmas que sólo existen, sin un nombre o identidad, fantasmas que se mueven en la confusión, tratando de sobrevivir en el universo de joyas, bolsos de cuero y samovares hechos en Gallarate?

Decididamente no. Ellxs tienen una idea mucho más amplia de este gueto.

No se trata de un nuevo tipo de mentalidad comercial, sino de una autogestión de los espacios políticos donde el poder permite que el crecimiento cuantitativo del movimiento específico o un enlace con el movimiento real. Una ramificación estructural, sutil e ingeniosa, que se asemeja a un asado de carne de cerdo bien atado.

Por supuesto, todo esto sería revivir la moral del grupo. Nada peligroso, por supuesto, de lo contrario el respaldo perdería su carácter. Un pequeño juego, sencillo y leal, un nuevo tipo de contradicción, es decir, una verticalización de lo horizontal.

Sin embargo, mediante la negociación y la obtención de este espacio de la pobreza y la supervivencia, ¿qué pasaría con lxs otrxs? ¿Para aquellxs que no están de acuerdo? ¿Y con lxs otrxs que están aún más lejos, pero en el mismo barco con lxs proletarixs? ¿Y también a lxs presxs comunes?

EL ALMA DE COLABORACIÓN DE CLASES DEL ULTRA-REVOLUCIONARISMO

Para ellxs la centralidad de cualquier cosa es indispensable. Ayer, la clase obrera. Hoy en día ellxs mismxs. No como una clase, obviamente, pero el carácter privilegiado de intermediarixs para el Estado, para silenciar todo lo que pudiera permanecer de las contradicciones revolucionarias a través de un acuerdo externo, suspendido en el vacío de la colaboración de clases. En realidad, incluso cuando eran ultra-militantes que tenían una perspectiva de colaboración de clases. El centro era el guía, el elemento de la coagulación. Podríamos seguir infinitamente con la hipótesis que describe la progresiva

Transición hacia la inclusión de la clase, que describe el crecimiento cuantitativo ilimitado. Hasta el punto en que encontrará un pequeño núcleo de rebeldes antisociales definidos a priori como contrarrevolucionarixs. Claro, la violencia era un elemento discriminatorio, sino accidental, un instrumento pedagógico, un medio de comunicación. Entendido de esta manera, las cosas podrían llegar a su resultado lógico por sí mismos. Un toque del pincel y se hace todo. El golpe al corazón del Estado.

Siempre vieron la lucha de clases como un medio proyecto terminado, algo que resolver entre las campañas de otoño y primavera. En eso reside su colaboración de clases. En la incapacidad para entender las contradicciones innumerables y sutiles de la perspectiva de clase real, de la guerra social. Los millares de pequeños arroyos que forman el frente de clase. La imposibilidad de separar lxs buenxs de lxs malxs.

Era la herencia de la Tercera Internacional, del impulso hacia la simplificación. El mismo proceso ha vuelto a mantener la fe en este intacto método político. Los matices son sólo recogidos en el resumen, en el mundo de la negociación con el poder y el reformismo de la comunidad autogestionada, no derivados de la lucha, sino del compromiso. En este sentido, todxs son muy penetrantes, descubrir vínculos y la recomendación de las relaciones que nadie más podía descubrir. En el verdadero sentido de la teoría revolucionaria, son crudos y superficiales. Siempre repiten lo mismo: la derrota y la capitulación, la huida y la inevitabilidad de tener que declararnos vencidos.

Son fabianos [20] de la vieja escuela, pero moderna en su idioma. Neo-socialistas del contrato social, no tienen ni siquiera la aparición de los ángeles que han caído del cielo. Nunca se hizo un intento en esa dirección. Su vuelo fue siempre inepto y sin un horizonte. Un verdadero salto después de la pérdida de oportunidades.

EL CAMINO INVIABLE DE LA INOCENCIA

Por lo menos estamos de acuerdo en un punto: es imposible para nosotrxs declarar nuestra inocencia. Es imposible técnicamente hablando, y también desde una perspectiva revolucionaria.

Si se excluyen los casos limitados en que se discute una ley precisa, ya que es posible demostrar su falsedad fuera de toda duda, en la mayoría de los casos, declararse inocente conduce a una separación de lxs demás compañerxs y la pobreza de la que se declara a sí mismx para estar en otra parte.

Y significa unirse a la mezquindad que cualquiera que haya usado este intento de reificación ha caído en: no tanto un rechazo de su responsabilidad, sino más bien un rechazo de su desarrollo revolucionario y sus ideas propias. ¿Brazos alzados al cielo en señal de alegría emancipadora, o más bien como un signo de rendición incondicional?

La tristeza se acumula en la cara de esta pobreza, cuando vemos el fastidio con el que alguien que hizo de la inocencia total un pasaporte para salir de los muros de la prisión se reduce a demostrar lo indemostrable. A qué palabras y maniobras de justificación se aferra.

Y aun así, en la parte inferior de la pobreza, una posición, nosotros no podemos decir que el resultado esté garantizado. El curso de una negación individual de cualquier significado no convencería incluso ni al más superficial de lxs inquisidorxs.

Y entonces todxs somos responsables de nuestro sueño de asaltar los cielos. No podemos convertirnos en enanxs ahora, después de haber soñado, codo a codo, cada sentimiento, los latidos del corazón de los demás, de atacar y derrocar a los dioses. Este es el sueño que hace que el poder tenga miedo. Negarlo es negar la comunidad de sentimientos suaves que nos unía cuando decidimos iniciar el ascenso, aunque estábamos tan lejos, aunque éramos tan ignorantes de nosotrxs mismxs, incluso si en última instancia-lo hicimos con unos fuertes sesgos críticos. Negarlo es simplemente despreciable.

Por otra parte, para aprovecharse de la inocencia tiene que haber un reconocimiento del Estado, la negociación, al igual que alguien que está buscando una amnistía para lxs presxs políticxs. El hecho de que unx se haga inocente hace que el otrx se sienta culpable, la idea de que éramos diferentes en otro tiempo, y no que tal o cual acto no sucedió de la manera como pretendimos, sino como una rareza y una renuncia.

Nadie puede ser neutral, somos culpables de la planificación y la preparación de ese clima que nos llenó de entusiasmo y nos condujo a lo largo del camino. Incluso lxs más críticxs de nosotrxs no podrían alegar una inocencia perfecta. A los ojos del Estado, precisamente es este clima el que es culpable. Debemos asumir la responsabilidad de este. Nuestras luchas contra la represión, la cárcel y la explotación no eran sólo sueños. El poder lo sabe. Sus funcionarios están perfectamente familiarizados con nosotrxs. Esta es la denuncia grande que nos une a todxs.

Además, esto significa un reconocimiento del mecanismo de la represión: el primer tribunal de todxs. Es cierto que el antiguo proceso de las demandas de lo que ha sido dejado de lado y, de paso, que pertenecía a la concepción militarista de la lucha armada. Pero de ahí a admitir la legitimidad de la justicia que administran los tribunales hay un gran paso.

LA LUCHA LEGAL

El Estado nunca ha tenido credibilidad jurídica. Las normas de su legitimidad se tomaron por la fuerza. En este sentido, la realidad de la corte es una farsa ridícula que no nos interesa. El equilibrio de poder -si somos capaces-puede ser reconstituido en otras partes. En el movimiento real. De lo contrario, cualquier juicio es una pérdida de principio a fin.

Hay casos legales especiales, obviamente, cuya falsedad puede ser demostrada de una manera precisa. Estos deben ser explotados para el poder, obligando a respetar sus propias reglas al denunciar la irregularidad de los procedimientos en ellos, a menudo esta táctica funciona, otras veces no funciona. En cualquier caso, vale la pena intentarlo.

Posteriormente, corresponde a la propaganda en general, demostrar directamente la contradicción increíble que es visible entre lo que dicta la ley y su aplicación inquisitorial y represiva. Además, es beneficioso. La burguesía progresista siente como aumenta su rabia cada vez que ve este tipo de cosas. El ruido y la agitación en asuntos como éstos no hacen ningún daño.

Pero no debemos engañarnos a nosotrxs mismxs. Somos perfectamente conscientes de que el Estado de Derecho y la ira de radicales bien intencionadxs son igualmente relativos. La justicia es siempre dirigida por el más fuerte.

LXS AUTODENOMINADXS PENITENTES

El Estado ha hecho un trato con un puñado de pobres payasxs con ametralladoras que, por accidente, se encontraron en un equipo contra incendios.

¿Problemas causados por el reclutamiento indiscriminado? ¿La culpa del mito cuantitativo? ¿Una distorsión de su lógica militar? ¿Qué importa si son específicos o no? En el momento oportuno vamos a ajustar cuentas con esta gente.

Por el momento, debemos entender que al tiempo que llega a un acuerdo con lxs penitentes el Estado utiliza todos los principios legales de que dispone para negociar la cadena perpetua para nuestrxs compañerxs. Esto es algo completamente normal. Para cualquier persona que no tenía conocimiento de ello, todos los Estados tienen una organización especial formada por los espías (el servicio secreto) y, a veces cada policía bueno es un buen espía. El hecho de que el número de esta buena gente haya aumentado recientemente no es ninguna sorpresa.

La sorpresa son las personas que se engañan a sí mismas sobre la existencia de un Estado “legal†, el complemento ideal a la mercancía que desean vender. Este es exactamente el caso con el que lxs que cotorrean más en contra de las acciones del Estado en la liberación de lxs penitentes encarceladxs que han admitido docenas de homicidios, sin embargo, sostienen a compañerxs encarceladxs que no han confesado nada. Pero ¿por qué se sorprenden? Debido a que el simple hecho de que es menos vergonzoso considerar la posibilidad de un acuerdo con personas que no respetan ni sus propias reglas. ¿Qué pasaría si, después de los intentos neocontractualistas y la más o menos legalizada promesa, los pactos no se respetan?

Lo más gracioso de todo contrato es su aspecto bilateral. Tiene que haber dos partes antes de que podamos hablar de un acuerdo contractual. Pero además, ninguna de ellas debe ser un profesional de la trampa.

Ellxs replican que, sin embargo, el Estado ha respetado su acuerdo con lxs penitentes. Sí, pero no ha respetado sus propias leyes, según las cuales un gato es un gato y nunca pueden llegar a ser un conejo. Pero las leyes cambian por sí mismas. Lo mismo ocurre con los contratos.

El Estado respetará sus acuerdos con lxs nuevxs empresarixs de la autoorganización social, creación de guetos, pero sólo si estos acuerdos corresponden a una efectiva reducción del nivel de la lucha. La nueva infraestructura que está apareciendo debe producir la paz social. Piense en la forma de tomar un proyecto como éste: la gente que utiliza el marchar en la primera fila de las manifestaciones, y que anteriormente vinculada uniendo a todxs en las acciones más avanzadas (desde su punto de vista). Piensa en lo que ciertas personalidades están diciendo y haciendo hoy, quienes anteriormente teorizaron la violencia liberadora del proletariado. Están sentados en la más obscena de todas las etapas, las momias junto a otras momias, hablando por
encima del hombro de la paz como otrxs hablan de la guerra. Son útiles para
el Estado.

¿Pero están por la revolución? Por supuesto que no.

Atención, compañerxs. El arrepentimiento puede tomar varias formas. Algunxs son notablemente más repulsivxs, otrxs son un poco más tolerables, se sirven con una salsa de reformismo útil, lleno de palabras despojado de sentido, y sólo pueden usar una hoja de parra para cubrir su vergüenza.

Por lo menos lxs penitentes reales, lxs que vendieron decenas de compañerxs al por mayor, saben lo que les espera: hoy una libertad falsa, un pasaporte tan falso y una falsa identidad, mañana una bala en la cabeza.

Lxs neocontractualistas no saben lo que les espera, ya sea de sus relaciones con del Estado o de sus relaciones con sus compañerxs.

¿DISOCIARSE [21] DE QUIÉN Y DE QUÉ?

Tiene sentido que renuncien cuando un proyecto está en proceso de ser cumplido. Podemos estar más o menos de acuerdo con el proyecto.

Podríamos ver algo diferente en la evolución de la situación o cambiar una de las primeras situaciones que nos llevó a tomar medidas. Y en este contexto, hacemos una pausa y preparamos nuestra crítica. Investigamos las razones de nuestro desacuerdo. Lo medimos con nuestrxs compañerxs en la realidad de las perspectivas revolucionarias y tomamos decisiones.

Pero cuando es el Estado el que nos invita a retroceder y nos ofrece un buen precio por nuestra entrega, entonces es un asunto diferente. No se nos pide que hagamos una crítica, se nos pide una renuncia. No hay nada aquí para alejarse, también porque a nivel operativo, no hay consecuencias para el proyecto del grupo armado. No podría ser la evolución futura en una dirección diferente, lo que lleva a la construcción de un modelo libertario de los enfrentamientos armados. Y es por esta posibilidad que se nos invita a desistir.

Aquí está la peligrosidad y la gravedad de la solicitud. Muchxs compañerxs piensan que una defensa acrítica de un modelo de la intransigencia, con base en las posiciones que la realidad ha demostrado que es anacrónica, es una tontería. Y su pensamiento es correcto y razonable. Sin embargo, no refleja el hecho de que la entrega se está pidiendo en relación a las oportunidades de un futuro posible, no en la medida en que una forma de teorizar la lucha de clases esté actualmente bloqueada.

No podemos exigir un comportamiento autónomo en señal de rendición. La única posibilidad es la crítica. No importa si se recibe la adulación o la indiferencia de los órganos del Estado, y tampoco importa si está vinculado a una intransigencia que, a pesar de que ya no tiene una base revolucionaria, al menos contenía una claridad moral.

Un proyecto que no existe no permite la disociación o la entrega. Tenemos que desarrollar otro proyecto, que sea crítico con el primero y que sea una propuesta en sí misma. Pero este desarrollo no se puede iniciar con una reificación, con el Estado como un huésped, sino que debe partir de un análisis del nivel actual de la lucha de clases. La solidaridad revolucionaria no es más que el resultado de una iniciativa de gran moral, pero no puede constituir una base cualitativa para el desarrollo futuro del movimiento específico. Y menos todavía para la disociación.

No es una cuestión de distancia. Se trata de la carretera. Nos dirigimos hacia la lucha de clases. En la otra dirección, hay personas que se están retirando de ella. El/La que quiera continuar la lucha debe crecer. Y, sobre todo, críticamente. Debe, entonces, identificar la inflexibilidad como un mecanismo perverso para la reproducción de algo inexistente. También debe identificar el neocontractualismo como un mecanismo igualmente perverso de estancamiento y de resignación.

Estos dos caminos no conducen a la liberación. Sólo conducen a Roma.

REVINDICANDO NUESTRAS LUCHAS COMO ANARQUISTAS

En estos tiempos de liquidación y estancamiento, reafirmamos que nuestra lucha es una lucha por la liberación total, ahora y en este preciso momento. Es por esto que apoyamos incluso este exagerado proyecto, que declaró, a priori, que no veía la liberación de la misma manera que lo hicimos. Debido a que un giro equivocado era posible, un cambio con un sentido negativo para ellxs y positivo para nosotrxs. Este cambio no se produjo, pero nosotrxs no éramos pájaros de mal agüero. Eran otrxs lxs que emitieron a priori estas simplistas anatemas, las críticas fáciles frente a las armas de bronce. No se equivocaron. El error no se encuentra en unos medios inadecuados, sino en la imposibilidad del método.

Y nosotrxs llevamos la crítica dentro del proyecto de la organización. No nos detuvimos en las palabras, al igual que los escritorzuelos aficionados que golpearon nuestros análisis como FIAT golpea coches. Desde el interior, los errores de los demás relucían con una despiadada luz por sí mismos, y nosotrxs también tuvimos nuestros momentos de estancamiento: la vanidad, agitando banderas y defendiendo principios. Pero no fueron muchos, en comparación con la terquedad intrusiva por un lado, y por otro la aquiescencia patética, que se convirtieron en críticas simples y superficiales.

Ahora es el momento de tomar otro camino. Una persona que pidió una pausa para sí misma, sin tener la valentía de alzar la voz como una actitud para compartir con lxs demás, bueno, él/ella debe permanecer donde está, con sus zapatillas y calentándose junto al fuego. Insistimos en la necesidad de salir a la calle, en la niebla y el frío. En el exterior, donde ya no es posible tener certeza sobre lo que debe hacerse y qué dirección debemos tomar.

...EL USO DE LA VIOLENCIA ORGANIZADA CONTRA LOS EXPLOTARDORES DE TODAS LAS CLASES

En tiempos como estos, cuando las aves vuelan cerca del suelo, sólo hay unxs pocxs quienes aún consideran que la revolución es una posibilidad. Siempre es fácil encontrar un alma iluminada que “habla†de la revolución, sin embargo, son pocxs lxs que tratan de lograr algo concreto en el camino correcto.

Siempre y cuando no hagamos más que hablar, todos podemos estar más o menos de acuerdo. Pero más tarde, cuando llegue el momento de entrar en acción, incluso de forma mínima, de forma periférica, microscópica, a continuación, comenzaran los desacuerdos.

Siempre tenemos que esperar a que suceda algo. Una señal que venga de alguna parte, anunciando que es el momento adecuado. Y con ansias de abrir el vientre de las aves, pero sus entrañas nunca nos dicen nada.

Nos reafirmamos insistentemente en que el uso de la violencia organizada contra los explotadores, incluso si toma la forma de la acción minoritaria y limitada, es un instrumento indispensable en la lucha anarquista contra la explotación.

...NUESTRA IDEA DE LA JUSTICIA PROLETARIA

En este sentido, aun cuando una actitud crítica o escéptica prevalece, y después de la amarga realización (¿amarga para quién?) de que no hay “justicia†en las garras del Estado, y donde la gente piensa acerca de esto, llegan a la conclusión de que no hay justicia proletaria, ni debe existir.

También en este caso, no estamos de acuerdo. Creemos que es justo recordar a los explotadores y sus agentes. Para recordar esto cuando llegue el momento, cuando sea posible discutir la destrucción de la justicia burguesa y la construcción de la justicia proletaria. No con el fin de recrear las salas de audiencias de una forma diferente, la instalación de nuevos jueces, prisiones nuevas y nuevos ministros con cartera, sino simplemente para ajustar cuentas con los responsables. Y por ajustas cuentas simplemente queremos decir encajar una bala entre sus ojos.

Si algún alma inocente encuentra este programa excesivo, debería tratar de sacar los pies del agua ahora aunque podría coger un resfriado.

Nosotrxs decimos estas cosas hoy en día, en tiempos que son -relativamente- tranquilos, con el fin de aparecer en la lista de lxs extremistas que se atreven a decir lo más avanzado, sino porque estamos firmemente convencidxs de la necesidad de un procedimiento de este tipo.

Cuando la revolución despertó en Rusia en 1917, lxs anarquistas organizaron la ejecución sistemática de todos los maestros de la estación en la línea de San Petersburgo-Moscú, ya que fueron los responsables de las denuncias de 1905 que enviaron a miles de trabajadorxs ferroviarios anarquistas a la cárcel. Estxs compañerxs no estaban tratando de aplicar una teoría pedagógica, ni se les trataba de enseñar nada a los jefes de estación, o a la gente en general, ni mucho menos estaban interesados en ponerse las sucias ropas de juez de algún tribunal tedioso de la justicia proletaria: que sólo tenía el objetivo modesto y limitado de disparar a todos los maestros responsables de la estación que realizaron las denuncias sobre el terreno. Ni más ni menos.

Esto es lo que queremos decir de la justicia proletaria.

...EL DERECHO DE RECORDAR A LXS TRAIDORXS

Éste también. Que nadie venga después con una historia complicada, con la justificación de que tal o cual comportamiento fue dictado por la necesidad. Unx nunca sabe, porque incluso entre nosotrxs siempre hay algún teórico de la ética que plantea dudas sobre el derecho a tirar traidores (a la basura). Y el debate siempre empieza con la charla habitual sobre la pena de muerte.

La gente a menudo se pregunta ahora si el Estado tiene derecho a condenar a un/a individuo/a a muerte, que según él/ella, ha cometido algún delito. Y luchamos contra la pena de muerte. Una lucha muy justa, que tiene la intención de limitar la acción represiva de los Estados. Pero eso no significa que un Estado que haya abolido la pena de muerte sea un “Estado legal†. No existe tal Estado. Es una fantasía jurídica y nada más. Hay Estados que se movilizan a un equilibrio diferente, como el llamado democrático, por ejemplo, cuyo equilibrio puede o debe ser mantenido a través del uso de la pena de muerte. A veces, este espacio (de la pena de muerte) es el que tendemos a reducir, a través de nuestras luchas por las reformas y las libertades civiles, y esto es algo bueno, porque así es como hacemos retroceder sus caprichos dictatoriales y represivos. Sin embargo, esto no mueve ni por un centímetro el hecho de que el Estado basa sus leyes en la fuerza, no en los derechos.

En el momento oportuno, durante la revolución, e incluso a las primeras muestras de la misma, no intentaremos sustituir nuestra fuerza por la del Estado o construir organizaciones de contrapoder, que impongan su propio tipo de ley para ajustar cuentas con lxs traidorxs. Sólo queremos llevar a cabo este proceso de la justicia proletaria sin tener que desarrollar una teoría de la ley revolucionaria para justificarla. No lo necesitaremos. Las acciones cometidas por estas personas hablan por sí solas, no todas las leyes hechas a priori se podrían utilizar para la fabricación de actos de masa similares. No vamos a hacer este tipo de ley (¡no haremos ningún tipo de ley y eso es todo lo que hay!), estas leyes han estado en el corazón de la gente durante miles de años, y allí se lee que lxs traidorxs deben ser eliminados.

LA SOFOCANTE ACTITUD DE CERTEZA NO FUE UNO DE NUESTROS ERRORES

Nosotrxs no lo hicimos “de buena fe†. No sabemos lo que es “de buena fe†. Lo hicimos con pleno conocimiento de ello, pero teniendo en cuenta que es correcto en determinadas circunstancias preferir un error a una verdad abstracta que se basa sólo en una crítica a priori.

Todxs lxs anarquistas conocemos el error del partido y de la concepción leninista a partir de la larga experiencia. Pero, ante la aparición concreta de este tipo de experiencia, nuestra crítica no fue perseguida en la abstracción de los principios. Hemos preferido conducirla a través de la realización de las acciones, incluso en la dificultad de la organización específica, entrando de lleno en las contradicciones que participan en esta adopción de medidas. Y por este motivo, barridos por el viento nos encontramos compañerxs con gran corazón y coraje, capaces de afrontar la lucha con serenidad, incluso cuando el resultado fue peor que lo incierto y los medios a nuestra disposición más que peligrosos. Y esto fue porque teníamos confianza en nuestrxs compañerxs y en la posibilidad de que un giro equivocado pudiera ser transformado sin más demora en una crítica en la acción, capaz de tornar planes y doctrinas en cuestiones y quemar momias y programas. Eso no sucedió. ¿Podrían las cosas haber sucedido de otra manera si nosotrxs también nos hubiésemos puesto la severa bata de la censura política? ¿Si hubiésemos desarrollado una crítica de la ideología de la eficiencia y el pensamiento doctrinario?

NUESTRAS TESIS EN CREATIVIDAD, EN SUBVERSIÓN, EN ALEGRà A

Mientras estábamos buscando el camino correcto, de todas formas, hemos desarrollado diversas críticas y proyectos durante mucho, mucho tiempo. Vimos que no había alegría, después de todo, en lo que estaban haciendo, o en otras actividades que, a través de la autoevaluación a la luz de la situación, terminaron fuertemente influenciadxs por la dirección a la que les forzó la lucha. Y al no encontrar la alegría allí, nos las arreglamos para perder el fundamento mismo de la lucha, la creatividad de nuestra intervención, el contenido subversivo del proyecto cuyxs portadorxs éramos nosotrxs.

Incluso a nivel macroscópico, este elemento debería haber estado presente en nuestro trabajo revolucionario, de lo contrario se hubiera visto obligado a aceptar lo que hicimos sólo porque fuimos nostorxs lxs únicxs que lo hicieron. No podría haber funcionado. Y no funcionó.

En este sentido, y a través de nuestra experiencia de las limitaciones anteriores, estamos listxs para empezar de nuevo desde el principio.

NO EXISTE UNA SOLUCIÓN INDEPENDIENTE

Cuanto más pensamos en las condiciones de las luchas del pasado, más vemos hasta qué punto la situación actual es el producto de los errores del pasado, y sólo ofrece una posible apertura a condición de que se incluya una crítica trabajada; pero nos damos cuenta de que no hay una solución independiente para el problema de lxs compañerxs encarceladxs.

Al aceptar una mercantilización como la propuesta por lxs neocontractualistas (una amnistía, el mismo número de años de prisión para todxs, un período de trabajo social fuera de la cárcel, etc.), tendríamos que pagar por ello arriesgando todo nuestro pasado. Esto significaría una negación de la revolución, una negación de la anarquía, la negación de nuestra propia identidad como mujeres y hombres y una negación de nuestro futuro.

La única solución, entonces, es una continuación de la lucha. De una manera
crítica, por supuesto, con diferentes objetivos y métodos más apropiados a la
situación actual, pero una continuación de la lucha.

LA PRISIÓN EN TODAS LAS INTERVENCIONES: UN MOMENTO CUALITATIVO DE LA LUCHA

El desmantelamiento de la intervención basado en diferentes sectores debe
complementarse con la capacidad de proponer nuevas formas de lucha, de lo
contrario se convierte en una fórmula metodológica tediosa. Si nos limitamos a
“informar†a la gente sobre la crueldad del poder, perderemos el bosque por los
árboles, e inmediatamente nos veremos obligadxs a tramitar los peores crímenes
en orden de importancia, con el fin de parecer más específicxs y por lo tanto más incisivxs. Si hablamos con la gente sobre la energía nuclear, que sin duda puede meter el problema de lxs compañerxs encarcelados en la discusión, pero no lo hacemos todo el tiempo: podemos predecir la muerte y la destrucción, la contaminación nuclear, el fin de la vida en la tierra, la guerra y el conflicto apocalíptico. La gente estará más impresionada, y nos dejaremos fascinar por el hecho de que hemos logrado impresionar a la gente.

El destino de la contrainformación es el siguiente: al final siempre acaba dividido en sectores. Hoy esto, mañana aquello. Terminamos como especialistas en lucha contra el militarismo, en los problemas del mundo laboral, en los problemas de la cárcel, en el feminismo, los movimientos que participan en las luchas por el alquiler, etc.

Por lo tanto, debemos tener dos niveles de claridad:

a. Una contrainformación totalmente global es imposible.
b. No podemos “tocar juntos†problemas diferentes (sin que la gente deje
de entendernos).

Sin embargo, hay otra manera de ver las cosas. Al centrarse en un problema
(en los barrios, por ejemplo) y conectarlo con los problemas que son los más
estrechamente relacionados con él. Entonces nos daremos cuenta de qué, sin
tener necesariamente la intención de desarrollar un debate bien argumentado, tendremos éxito en la inclusión, incluso con el problema de lxs compañerxs encarceladxs. Aún así, esto sólo puede pasar con la condición de que no nos limitemos a ser merxs contrainformadorxs. Si nos limitamos a esta primera etapa de la intervención revolucionaria, el problema penitenciario pasará a ser introducido desde fuera en la realidad que estamos tratando de intervenir.

Vamos a enmarcar la discusión de manera diferente, con un proyecto diferente. Pasamos de la fase simple de contrainformación a una segunda fase, que se puede definir como el compromiso. Se propone una estructura organizativa que se hará cargo de un problema específico (volvamos al ejemplo de los barrios), y que permite la inclusión del problema de la cárcel y lxs compañerxs encarceladxs.

Vamos a establecer una relación entre esta estructura de organización (al margen del movimiento específico) y el movimiento específico propio. De la respuesta que esta relación nos dé en la práctica, tendremos una imagen bastante clara del estado del movimiento real. Sobre la base de esta imagen, podremos construir nuestras intervenciones como un movimiento específico fuera de e incluso independiente de la estructura organizacional de compromiso) y en esta fase, entonces, podremos ser mucho más amplixs en la solución del problema de lxs compañerxs encarceladxs.

La eliminación de leyes especiales, de diferentes condiciones de privación de libertad, de las cárceles especiales y el artículo 90. La reducción de la prisión preventiva. La abolición de la pena de cadena perpetua, las largas condenas, los juicios especiales y un tratamiento especial. Obviamente, estas medidas deben aplicarse a todxs, no sólo a nuestrxs compañerxs.

Esta perspectiva de la lucha debe tratar de involucrar a la gente, y también
debe tener su propia autonomía de acción. Nuestra capacidad de medir los
resultados depende de la manera como se trate a la gente, la manera en que
logremos una autonomía de acción coherente, y lo lograremos haciéndolo fuera
del movimiento específico. Sólo sobre la base de estos resultados podremos
imponer una solución al problema de lxs compañerxs encarceladxs.

No debemos olvidar que nuestro camino va mucho más lejos que en el camino de lxs que se preparan para colaborar en la actualidad. El poder del camino, por otra parte, todavía gira en torno a nosotrxs.

En el análisis final, todxs estamos en el punto de mira de la represión.
Debemos desarrollar nuestra lucha. Si no somos capaces de ello nos destruirá a
todos, en la cárcel y fuera de la cárcel.

Con un aumento en el nivel de confrontación y la ampliación de los objetivos, la represión va a golpear de nuevo. Nadie está tratando de garantizar aquí una vía sin peligro para salir de la cárcel. Todxs nosotrxs, cuando nos enviaron a la cárcel, fuimos enviados allí porque estábamos convencidos de la validez de nuestra acción revolucionaria, no por un truco del destino. Por supuesto, objetivamente hablando, siempre hay algo como esto: la iniciativa de un/a espía, algo que salió mal, una interpretación represiva de un acto que estaba completamente legitimado por sí mismo. Pero la verdadera razón de nuestro encarcelamiento ha sido siempre el hecho de que somos anarquistas, que creemos en la revolución. Para un anarquista la cárcel es una parte constante de su actividad.

Nuestro problema hoy en día, uno de gran importancia, es el de conseguir liberar a nuestrxs compañerxs. Sólo podemos resolver este problema mediante la intensificación de las luchas en distintos sectores de intervención, vincular estas luchas con una perspectiva real de desarrollo insurreccional y no limitarnos a la disidencia platónica o declaraciones bonitas de libertad para todxs, que sólo sirven para acallar nuestras conciencias con el fin de expresar, más tarde, un desacuerdo fácil con alguien que, por el contrario, quiere hacer algo concreto.

Sólo de esta manera vamos a obligar al Estado a resolver lo que se convertirá en el (su) problema de la lxs compañerxs (nuestrxs) en la cárcel. Mientras esto sigua siendo nuestro problema, no seremos capaces de resolverlo, excepto vendiendo nuestro futuro conjunto y encomendándolo a la represión.

No creemos que pueda haber ninguna duda sobre qué camino tomar.

Contra la amnistía & Encerradxs bajo llave

Alfredo M. Bonanno.


Edicions Anomia
Sabadell & Barcelona
www.nodo50.org/anomia
anomia@moviments.net
Junio 2011

Contra la amnistía - 1a Edición en castellano
Título original: E noi saremo sempre pronti a impadronirci un’altra volta del cielo [1984].

Traducción D.V.J.


[1A día de hoy, en su mayoría, seguidores de Marx (pero sin partido) y/o las teorías de eso que se llama “Anti-industrialismo†, hijo de la intelectualidad de la Encilopedia de las Nocividades.

[2El primero inédito en castellano y el otro en su segunda edición (ampliada con comentarios).

[3Especialmente en figuras como T.Negri, uno de los abanderados de esa derrota y padre de muchos planteamientos descafeinados de lucha actuales, tras parir junto a Hardt su obra “Imperio†. Fomentando, para desgracia de la humanidad, planteamientos críticos (y con análisis nada despreciables) pero profundamente anémicos en la práctica (propuestas siempre posibilistas, fanáticamente pacifistas y salvaguardas de la jerarquía social).

[4Bajo parámetros marxistas, pero eso sí, ante la ausencia de partido o estructuras afines, utilizando medios supuestamente libertarios.

[5N.d.T- Se refiere a personajes como Toni Negri quienes en los ‘80 del siglo XX apostaron por la amnistía a cambio de renunciar a cualquier tipo de lucha armada en el contexto de diálogo entre este tipo de gente y las estructuras del estado italiano. Gran parte de este texto es una crítica a este tipo de posicionamientos, padres del actual altermundismo ciudadanista.

[6N.d.T.- Humillación que sufrió Enrique IV ante el Papa para rogar su perdón en el s.XI.

[7N.d.T- Gibelino: partido de los emperadores alemanes

[8N.de T.- Ministro de justicia italiano, miembro del PCI que decretó el 22 de junio de 1946 la amnistía para un total de 12.000 presos políticos fascistas, 10.000 de ellos abandonaron la prisión antes de 1947.

[9N.d.T- La Vulgata es una traducción de la Biblia del latín, realizada a principios del s.V por Jerónimo de Estridón, por encargo del papa Dámaso I en 382. La versión toma su nombre de la frase vulgata editio (edición para el pueblo) y se escribió en latín corriente. El objetivo de la Vulgata era ser más fácil de entender y más exacta que sus predecesoras.

[10Filósofo marxista nacido en Hungría a finales del siglo XIX.

[11N.d.T- Refiriéndoes al grupo armado “armed party†en el original.

[12N.d.T- Figura femenina esculpida, con su función de columna o pilastra, con un entablamiento que descansa sobre su cabeza.

[13N.d.T.- En ruso la “Chispa†, periódico socialista editado por migrantes rusos en Leipzig, Alemania, por primera vez en 1900.

[14N.d.T. Se refiere al asesinato de Aldo Moro, varias veces Primer Ministro de Italia, otras tantas ministro y líder de la Democracia Cristiana y de Sergio Ramelli, joven líder y militante del “Fronte della Gioventú†, organización neofascista ligada al MSI, asesinado por “Avanguardia Operaia†, grupo armado de izquierda de tendencia marxista, formado en octubre de 1968, a raíz de una escisión del CUB Pirelli después
de la huelga general de dicho año en la que se acabó aceptando un acuerdo no secundado por una parte importante de lxs trabajadorxs.

[15N.d.T- Pérdida o extinción de una facultad o protestad procesal.

[16N.d.T- Banda de atracadores anarquistas que hizo temblar los pilares de la República francesa de principios del siglo XX.

[17N.d.T- Knecap: disparar a las rótula o piernas.

[18N.d.T.- Filósofo y jurista inglés nacido el 15 de febrero de 1748, famoso por ser el “diseñador†del panóptico carcelario.

[19N.d.T- Filósofo húngaro nacido en 1922, famoso por revisar el falsacionismo ingenuo de Popper.

[20Movimiento Socialista nacido en Gran Bretaña en 1893, que toma su nombre de Quinto Fabio Máximo, general de la antigua Roma en la época de las luchas contra Aníbal. Los fabianos tendrán un papel fundamental en los primeros años del siglo XX en la fundación del Partido Laborista Británico; creían en una evolución gradual de la sociedad hacia el socialismo rehuyendo de una revolución proletaria, avanzando hacia esta supuesta nueva sociedad socialista mediante reformas graduales del sistema.

[21A principios de los 80, coincidiendo con el principio del fin de los denominados “años de plomo†, el movimiento revolucionario italiano se vio recorrido por una terrible ola de arrepentimiento entre lxs compañerxs, esta fragmento el movimiento
revolucionario adoptando la mayoría principalmente tres vías: “lxs pentiti†o soplones, que deltaron a muchxs compañerxs a cambio de reducciones de condena o la libertad; “lxs dissociati†, que se disociaron de toda actividad subversiva armada y que condenaron la lucha en vis de la obtención de una reducción de la pena o una posible amnistía, y “lxs irreductibili†o irreductibles, aquellxs que no renunciaron a la lucha revolucionaria como única vía para luchar contra el estado y el capital.